EL MUNDO
Atacando y deconstituyendo el plan de George W. en Irak
Una seguidilla de atentados golpeó a Irak, a días del referendo constitucional. Ayer, el principal partido sunnita dijo que votará por el “Sí”. El grueso de los insurgentes proviene de esa minoría.
Por Angeles Espinosa*
Desde Amman
Al menos cuarenta iraquíes murieron ayer y varias decenas más resultaron heridos en varios ataques de la insurgencia en Tal Afar y Bagdad. El más mortífero de todos se produjo en Tal Afar, al noroeste de Irak, cuando un suicida estrelló su coche contra el mercado central. Además de causar 30 muertos y 45 heridos, este atentado es un desafío a Estados Unidos, cuyo ejército realizó el mes pasado una operación de limpieza contra los rebeldes en esa localidad para asegurarse su control antes del referéndum constitucional del próximo sábado. Las predicciones pesimistas respecto del boicot electoral de parte de la minoría sunnita perdían sustancia luego de que ayer dirigentes políticos iraquíes llegaran a un acuerdo que permite enmendar la Constitución tras las elecciones de diciembre, en una tentativa de alinear a los sunnitas tras el proyecto de Constitución.
El lugar y la hora elegidos, un mercado a las once de la mañana, parecen un claro mensaje para desanimar a los potenciales votantes. El jefe de la policía local, general Najim Abdalá, confirmó que no había militares iraquíes o estadounidenses en los alrededores. Tal Afar, en la provincia de Nínive, se encuentra cerca de la frontera con Siria, una zona en la que los insurgentes se han mostrado muy activos desde que el ejército norteamericano los desalojara de sus feudos de Faluja y Ramadi, a finales del año pasado, y que según los portavoces militares sirve de puerta de entrada a los combatientes extranjeros que refuerzan sus filas.
Poco después, otro conductor suicida se lanzó contra un convoy militar iraquí en el barrio de Ameriya, en Bagdad causando la muerte de ocho guardias nacionales y un civil e hiriendo a otros 12 uniformados. No fue el único atentado que se produjo en la capital. Un segundo conductor suicida, tres bombas camufladas en la carretera y cuatro tiroteos dejaron otros 5 muertos y 15 heridos, según el recuento de las agencias de noticias. Al menos 384 han perdido la vida a manos de los insurgentes en las últimas dos semanas. Los analistas vinculan este aumento de los ataques con la proximidad del referéndum. “Es lo que ha venido sucediendo cada vez que se ha acercado una fecha clave en el calendario político diseñado por Estados Unidos”, declara una fuente diplomática tras recordar que hubo un recrudecimiento similar en vísperas de las elecciones legislativas de enero, de la transferencia de soberanía en junio del año pasado o de la firma de la Ley Administrativa Transitoria tres meses antes. Algunos observadores empiezan a notar que esta dinámica contradice la teoría de la Casa Blanca de que a medida que avanzara el proceso político se acallaría la violencia y sus tropas podrían retirarse.
“El proceso constitucional ha profundizado las diferencias”, reflexiona Joost Hilterman, representante en Amman del International Crisis Group (ICG). Esta organización sin ánimo de lucro que trabaja por la resolución de conflictos ha publicado un duro informe en el que concluye que “la Constitución muy probablemente va avivar más que apagar la insurgencia”. El problema, según Hilterman, es que no se alcanzado un consenso basado en el compromiso de todos los grupos étnicos y religiosos, cuyas diferencias se han exacerbado a raíz del cambio de régimen.
En minoría frente a árabes chiítas y kurdos, los árabes sunnitas, de cuyas filas se alimenta el grueso de la insurgencia, no han logrado impedir que el proyecto de Constitución consagre la estructura federal del Estado, diluya su identidad árabe y estigmatice a los antiguos baazistas sólo por el hecho de haberlo sido. No obstante, el Partido Islámico, principal fuerza política sunnita del país, anunció ayer que convocará a votar por el “Sí” en el referendo sobre la Carta Magna. El Partido Islámico alcanzó un acuerdo por el cual se permitirán enmiendas a ese texto después de las elecciones de diciembre, informó esa agrupación en un comunicado difundido a la prensa. Más radicales, los insurgentes hacen campaña por el boicoteo. Estados Unidos es consciente de que tanto el eventual veto de la comunidad sunnita como su baja participación en el referéndum (lo que le restaría legitimidad) constituyen un mal punto de partida.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.