EL MUNDO › REEMPLAZO DE LA INSTALACION UZBEKA
Rice hace base en Kirguistán
Una base se perdió, pero se ganó otra. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, obtuvo ayer en Kirguistán garantías sobre la base militar que Estados Unidos utiliza en este país, en el marco de una gira por Asia Central consagrada a la defensa de la democracia y la “guerra contra el terrorismo”. El tour de Rice es visto con recelo por las dos potencias vecinas, Rusia y China, que acusan a Washington de financiar “revoluciones de terciopelo” en su zona de influencia. Sin embargo, el periplo no incluye a Uzbekistán, que hasta hace poco era el principal aliado de Estados Unidos en la región, pero ordenó desmantelar la base norteamericana instalada en Janabad.
Rice se desplazará hoy a Afganistán y piensa visitar también Pakistán, Kazajstán y Tayikistán. A raíz de la masacre perpetrada en mayo por las fuerzas de seguridad uzbekas contra manifestantes en la ciudad de Andiyán, Washington criticó al régimen autoritario del presidente Islam Karimov y éste decidió no cederle más territorio. “No queremos elegir entre nuestros objetivos en términos de acceso a bases militares y nuestros objetivos en términos de democracia, porque creemos que ambas cosas están vinculadas”, dijo Rice con respecto al régimen uzbeko. Los norteamericanos tendrán que partir de Uzbekistán, pero su base militar de Manas, en Kirguistán, no está amenazada, aunque probablemente deban renegociar la tarifa que piden las autoridades. Habida cuenta de que Kirguistán es el único país de la zona sin recursos energéticos y que el alquiler de la base representa el 7 por ciento de su Producto Bruto Interno (PBI), era poco probable que el presidente kirguizo, Kurmanbek Bakiev, pusiera trabas a las pretensiones norteamericanas en la región.
La base de Manas, que sirve de retaguardia para las operaciones de la coalición internacional en Afganistán, “será necesaria mientras la situación” en este país “no esté completamente estabilizada”, declaró Bakiev, tras un encuentro con Rice. Ambos dieron a conocer un comunicado donde aseguran que las autoridades kirguizas apoyan “la presencia de las fuerzas de la coalición mientras su misión de lucha contra el terrorismo en Afganistán no se haya acabado”. Estados Unidos se comprometió además a apoyar el desarrollo de reformas democráticas en Kirguistán.
Asia Central, que Rusia considera como su zona de influencia, tiene gran importancia estratégica para Estados Unidos. La diplomacia norteamericana tiene tres objetivos: esforzarse por contener la amenaza islamista, estimular las reformas económicas y alentar la democracia, que Washington considera como la mejor defensa contra el integrismo islamista. Además, esta región, habitada por numerosos musulmanes, es una base para sus operaciones en Afganistán.