EL MUNDO
Cómo lograr MAS sin salir de un “capitalismo andino”
El Movimiento al Socialismo del líder cocalero Evo Morales, que encabeza la intención de voto para las elecciones presidenciales bolivianas de diciembre, presentó ayer un plan económico moderado.
Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
Recuperando la idea de que “para distribuir, primero hay que producir”, el Movimiento al Socialismo (MAS) lanzó ayer un programa fuertemente productivista, buscando inyectar certidumbre sobre los lineamientos de un futuro gobierno de izquierda en el país andino. El diagnóstico masista: tanto el capitalismo de Estado como el neoliberalismo han fracasado, “ambos sistemas han mantenido una economía dual, caracterizada por la desarticulación entre el segmento moderno y el tradicional, y asentada en la explotación de recursos naturales y la exportación de materias primas”. El objetivo: construir una nueva matriz productiva, que deje atrás el patrón de desarrollo primario exportador, para lo cual “es necesario reconstruir el Estado boliviano y redefinir su rol en la economía”.
Se trata de un programa de modernización en los marcos del capitalismo, que tiene como sustrato una lectura previa de su candidato vicepresidencial, Alvaro García Linera: que la erosión de las economías comunales y el debilitamiento (“material y simbólico”) de la vieja clase obrera boliviana deja al socialismo fuera de la agenda, al menos en el corto y mediano plazo. La “nacionalización efectiva” de los hidrocarburos y el apoyo a los pequeños productores (economías tradicionales) son dos de las patas del programa masista. “Debemos darle a la economía boliviana nuevamente una cabeza en torno del Estado. Y, alrededor de esta cabeza, articular inversión extranjera, inversión privada local, sectores campesinos, comunitarios y microempresariales-artesanales, en una perspectiva de shock productivo”, resume García Linera, que define este proyecto como la consolidación de un “capitalismo andino”.
“Las reglas de juego para las empresas extranjeras –incluyendo las petroleras– cambiarán significativamente. Antes el país estaba subordinado a las empresas trasnacionales; ahora –si quieren seguir operando en Bolivia– las empresas deberán subordinarse a los intereses nacionales”, señaló el referente económico del MAS, Carlos Villegas, en medio de los aplausos del público. Bajo los nuevos contratos, “todo el gas y el petróleo que se extrae debe ser entregado en propiedad al Estado boliviano, y es el Estado boliviano el que definirá a quiénes vender y a qué precios”; esto va de la mano del “control y dirección de la industria petrolera”, dice el programa entregado a Página/12. Según los últimos sondeos, el líder del MAS cuenta con el apoyo de un 28 por ciento del electorado; el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga con un 22, y el empresario Samuel Doria Medina con el 19 por ciento. El manejo de las reservas de gas natural de Bolivia, las más grandes en Sudamérica después de las de Venezuela, ocupa un lugar importante en el programa del MAS.
“Garantizaremos la estabilidad monetaria y financiera de Bolivia, y se mantendrá el actual tipo de cambio flexible”, completó, tranquilizadoramente, Villegas. Y no es un detalle menor: los nuevos bancos de Tecnología y de Fomento al desarrollo de pequeños productores –que el programa del MAS se propone fundar– “arrancarán con líneas de financiamiento externo”, incluyendo aportes de una cooperación internacional recelosa de un posible triunfo del partido de Evo Morales.