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Mahmud Abbas ha visitado por primera vez España desde su elección, en enero de 2005, como sucesor del fallecido Yasser Arafat. Tras su paso por Madrid, Abu Mazen, como es conocido popularmente en el mundo árabe, se entrevista hoy en Washington con el presidente George W. Bush. Abbas afirma que Bush debe presionar a Israel para que suspenda la construcción de nuevos asentamientos, especialmente en los alrededores de Jerusalén, y para que permita a los palestinos organizar libremente sus elecciones legislativas, previstas para enero próximo. Esos comicios, sostiene el presidente palestino, son una buena oportunidad para que el movimiento radical Hamas abandone las armas y se sume al proceso político. “Hamas forma parte del pueblo palestino y nadie puede excluirlos”, afirma Abbas. “Creo que una vez que obtengan representación en el Consejo Legislativo Palestino (Parlamento), formarán un partido político.”
–¿Qué le va a pedir a Bush?
–Durante mi última visita a Washington, el presidente Bush nos prometió muchas cosas, especialmente el cumplimiento de los acuerdos de Sharm el Sheij (firmados en 1999 para restablecer la autonomía palestina). También prometió utilizar sus buenos oficios para lograr que los israelíes interrumpieran la construcción de asentamientos y del muro, sobre todo en Jerusalén, y que trataría de convencer a los israelíes de la necesidad de retomar la Hoja de Ruta. Además, nos dijo que nos daría 300 millones de dólares. Hasta ahora nos ha entregado 50 millones para la red de agua en la Franja de Gaza y le voy a pedir que cumpla el resto de sus compromisos para que podamos tener inversiones en Gaza.
–¿Va a ser posible que Hamas participe en las elecciones de enero? Israel parece decidido a impedirlo.
–Espero que Hamas participe. Hamas forma parte del pueblo palestino y nadie puede excluirlos. Creo que una vez que obtengan representación en el Consejo Legislativo Palestino (Parlamento), formarán un partido político.
–¿Cómo se podría convencer a los radicales palestinos para que renuncien a la violencia?
–Nada más que al tomar posesión como presidente de la Autoridad Palestina conseguí que todos los grupos palestinos decretasen una tregua, y después firmamos otro acuerdo para suspender los desfiles militares en las calles de las ciudades palestinas. Todo el mundo está respetando la tregua.
–Pero el atentado del domingo supuso precisamente una ruptura de esa tregua.
–El atentado no fue cometido por la Jihad Islámica, ni por Hamas, ni por las Brigadas de Al Aqsa. Se trata de gente aislada, a la que nosotros llamamos “la tercera parte”. El asunto está siendo investigado.
–¿No teme que Israel utilice la reanudación de la violencia como argumento para no colaborar en la organización de las elecciones?
–Ya lo han utilizado como pretexto para suspender el diálogo con nosotros, pero espero superar pronto estos problemas.
–¿Es posible firmar la paz con el primer ministro israelí, Ariel Sharon? ¿Es Sharon un hombre de paz?
–Sea o no sea un hombre de paz, es nuestro interlocutor, Sharon es el primer ministro elegido por los israelíes. Tenemos que tratar con él, dialogar con él. Sabemos que es un hombre difícil, al que no es fácil arrancar concesiones, pero tenemos que intentarlo, pues no hay otra alternativa.
–¿Y si el ultraderechista Benjamín Netanyahu gana las elecciones primarias de Likud y llega a primer ministro?
–No puedo hacer comentarios sobre ese asunto. Es una decisión que debe tomar el pueblo israelí. Tendremos que tratar con cualquier persona que los israelíes elijan.
–¿Cuál es el paso más urgente para volver a la Hoja de Ruta?
–La retirada del ejército israelí de las ciudades de Cisjordania. Después, la liberación de nuestros presos. Este es un asunto crucial para los palestinos. Tenemos 11.000 presos en las cárceles israelíes. Israel debería liberar a algunos y después podremos sentarnos en torno de una mesa para hablar sobre el status final, los asentamientos, Jerusalén, los refugiados...

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.