EL MUNDO
MIRADOR
INDIA
Un presidente atómico
El levantamiento de la prohibición a las líneas paquistaníes para sobrevolar el espacio aéreo indio, que había sido impuesta en diciembre último, fue la primera medida de distención al conflicto con Pakistán. Estados Unidos felicitó a India por la decisión aunque el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, aseguró que “los ejércitos de ambos países continúan en alerta, por lo que es necesario que ambas partas continúen esforzándose por reducir las tensiones”. La medida fue la consecuencia del evidente cese de inflitraciones de activistas paquistaníes a la zona bajo control indio de Kashmir. Pero en medio de estos signos de distensión, la coalición gobernante india declaró que quiere que el próximo presidente sea A.P.J. Abdul Kalam, un científico que trabaja en el desarrollo de bombas atómicas. El mandato del actual presidente, Kocheril Raman Narayanan, concluye en julio. Del lado paquistaní, combatientes islámicos desafiaron al presidente Pervez Musharraf por su intento de concluir el apoyo a la guerra de guerrillas de Kashmir, y lo acusaron de traidor.
AFGANISTAN
Gran asamblea gran en Kabul
Alguien que haya seguido con algún interés todo lo que pasaba en Afganistán apenas Estados Unidos y sus aliados se lanzaron a una guerra allí luego del 11 de septiembre recordará que mucho se hablaba de una Loya Jirga, gran asamblea tribal donde se decidiría el futuro político afgano luego de la caída del régimen talibán. Pues bien, la famosa Loya Jirga ya comenzó, inadvertida para la mayoría de los medios. En realidad, comenzará hoy, ya que debió aplazarse luego de que el ex rey afgano, Mohammed Zahir Shah, anunciara en Kabul que no se postulará a la presidencia del país, cuando previamente se había declarado dispuesto a asumir la jefatura del Estado. La decisión finalmente anunciada por Shah le allana el camino al actual jefe de gobierno interino, Hamid Karzai (en la foto, con gorra, con el ex rey en el centro y el canciller Abdulá Abdulá a la derecha), y de acuerdo con algunos analistas, sería consecuencia de las presiones norteamericanas para asegurar que Karzai sea electo presidente. La candidatura de Shah era apoyada por influyentes líderes pashtunes, la principal etnia de Afganistán, que incluso habían amenazado con recurrir a la violencia si el ex rey no alcanzaba la presidencia.