Miércoles, 18 de enero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE CHILE ESTARA EN LA ASUNCION DE EVO MORALES
“Bolivia está en el corazón de América del Sur.” Así, Lagos confirmó su presencia el domingo en la toma de posesión del líder socialista. Bolivia ve la visita como una búsqueda de acercamiento. Ambos países no tienen relaciones diplomáticas.
“He resuelto asistir a los actos de traspaso de mando en Bolivia” porque “es un país que está en el corazón de América del Sur”, dijo ayer el presidente chileno Ricardo Lagos ante corresponsales extranjeros. El mandatario aceptó así la invitación para estar presente el domingo próximo en la toma de posesión del líder indígena Evo Morales. La visita reviste un carácter histórico, ya que Chile y Bolivia no mantienen relaciones diplomáticas desde 1978 por su conflicto marítimo y, teniendo en cuenta que excepto el uruguayo Tabaré Vázquez, todos los presidentes del continente y algunos de Centroamérica han confirmado su asistencia al cambio de mando en el Palacio Quemado de La Paz. “Nunca digas nunca jamás” es el nuevo lema Lagos, quien dejó vislumbrar ayer por primera vez la posibilidad de postularse a la presidencia dentro de cuatro años para volver al gobierno en el 2010.
Lagos, que inicialmente había desestimado el viaje, dijo ayer en un encuentro con corresponsales extranjeros que tomó la decisión el lunes por la noche, después de recibir la llamada personal de Morales invitándolo de nuevo, y que la visita será de “un solo día”. El presidente chileno explicó además que resolvió asistir a la ceremonia porque “Bolivia es un país que está en el corazón de América del Sur” y en atención a la “alta legitimidad” con la que fue electo el líder indígena. El ex canciller boliviano Juan Ignacio Siles dijo por su parte que la visita “representa un paso, una búsqueda de acercamiento hacia Bolivia de parte del presidente Lagos”. Según la prensa, el gobierno chileno tiene la garantía de que Morales no tocará el “tema marítimo” en su discurso de asunción. La decisión del mandatario debe ser aún ratificada por el Senado, según lo estipula la Constitución del país para todas las actividades que realice el presidente fuera de Chile 90 días antes de que concluya su mandato el próximo 11 de marzo. No obstante, fuentes parlamentarias adelantaron que por su trascendencia el viaje de Lagos será aprobado en la Cámara alta, donde existiría un consenso entre el oficialismo y la oposición.
El viaje del presidente saliente chileno a Bolivia es su última actividad en el exterior como mandatario. Lagos tiene previsto asistir al juramento del líder cocalero junto al canciller Cristian Barros y una delegación “de alto nivel”, compuesta por parlamentarios oficialistas y de oposición. Sin embargo, no asistirá a la asunción la presidenta electa Michelle Bachelet, que asumirá el 11 de marzo luego de haber ganado el domingo pasado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con 53,5 por ciento de los votos. El mismo domingo, el mandatario chileno sostendrá una reunión privada con el saliente presidente Eduardo Rodríguez y el líder indígena, donde podrían tratar la eventual exportación de gas boliviano a Chile y el centenario reclamo de La Paz de una salida soberana al mar.
La presencia del presidente saliente chileno en Bolivia tiene un carácter histórico ya que ambos países carecen de relaciones diplomáticas desde marzo de 1978, cuando el gobierno boliviano del fallecido presidente Hugo Banzer rompió relaciones con Chile por su imposibilidad de llegar a un acuerdo para obtener una salida al mar por las costas del norte chileno. Bolivia perdió su acceso al mar en la Guerra del Pacífico, que libró contra Chile aliada con Perú (1879-1883), y desde esa fecha ningún presidente chileno ha asistido a las transmisiones de mando en Bolivia. Pese a ello, ambos países mantienen un importante intercambio comercial a través del Acuerdo de Complementación Económica, de 1993.
Lagos es el primer presidente desde la restauración democrática de principios de los ’90 en su país que instrumentó una política de acercamiento real con Bolivia. Pero las relaciones con los sucesivos mandatarios bolivianos –por lo menos cuatro presidentes distintos en cuatro años– varió. En mayo de 2002 el mandatario chileno realizó una visita de Estado a los funerales del presidente Banzer e invitó al sucesor de éste, Jorge Quiroga, a una visita a La Moneda, la única que realizó un presidente boliviano en ejercicio al palacio presidencial en Santiago. Más tarde, Lagos tuvo entre octubre de 2003 y mayo de 2005 una relación conflictiva con el entonces presidente boliviano Carlos Mesa pero, con la llegada del actual presidente saliente Eduardo Rodríguez, llegó a acuerdos en temas migratorios y se amplió el convenio comercial entre ambas naciones.
No obstante, Morales se inclina a condicionar el reestablecimiento de la diplomacia a la reintegración territorial. “El mandato del pueblo ha sido claro, cualquier entendimiento (con Chile) pasa por que Bolivia tenga una salida soberana al mar”, afirmó recientemente desde La Paz el vicepresidente electo, Alvaro García Linera. “Chile necesita de gas y estamos dispuestos a conversar”, pero sobre la base de que ese país reconozca a Bolivia “una salida soberana al mar”, aseguró Linera, quien se remitió así a la política denominada “gas por mar” impulsada por el gobierno del ex mandatario Carlos Mesa. Por su parte, Bachelet se manifestó anteayer “disponible para un diálogo amplio y sin restricciones con Bolivia”, aunque lo condicionó a la existencia de “bases claras”.
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