Miércoles, 18 de enero de 2006 | Hoy
Las acusaciones cruzadas eran fuertes y las consignas también. Pero los ibarristas y los familiares que piden la destitución evitaron roces y enfrentamientos. Crónica de la tensa jornada. Los reproches, los carteles, los cuidados.
Por Laura Vales
Frente a la Legislatura hubo manifestaciones a favor y en contra de Aníbal Ibarra. Los familiares de Cromañón permanecieron durante todo el día frente al edificio, acompañados por partidos de izquierda, con carteles que reclamaban “Cárcel a Chabán e Ibarra”. Los ibarristas, por su parte, hicieron una marcha de respaldo al suspendido jefe de Gobierno. “Por la verdad y la justicia, sin presiones”, fue la consigna de la pancarta que encabezó la movilización. Uno y otro grupo se hicieron fuertes acusaciones cruzadas: los familiares dijeron que la marcha por Ibarra era paga, “a 40 pesos por cabeza”; los ibarristas les achacaron a los otros responder a “Macri y a la izquierda, manipulando la tragedia con el fin de dar un golpe institucional”. La policía mantuvo a los grupos separados con un operativo, pero no existieron, en rigor, atisbos de incidentes en momento alguno. Toda la tensión estuvo puesta en las palabras.
Sobre la Avenida de Mayo, partidarios y opositores del juicio político se mantuvieron así separados siempre por 100 metros. Se podía ir de un grupo al otro, atravesando el dispositivo policial. A la altura del cruce con la calle Florida, contra las vallas de la Legislatura, se instalaron los familiares. Habían pasado la noche en una vigilia. Las rejas les sirvieron de sostén donde colgar las fotos de las víctimas.
En representación de sus demandas, los padres armaron en la calle una balanza. En uno de sus platos pusieron ladrillos con las palabras “impunidad”, “corrupción”, “coima” y “poder económico”. En el otro, un cartel pedía la condena.
Ibarra llegó allí a las 9 en punto de la mañana, con la intención de entrar por una puerta lateral. Aunque el ingreso había sido rodeado de otras rejas, dos familiares lograron cruzarlas, en una falla de la seguridad, y acercarse hasta gritarle a unos pasos.
Por la tarde, hicieron una radio abierta, una conferencia de prensa y esperaron que llegaran las seis, momento de la anunciada manifestación de respaldo. A los padres se agregarían, paulatinamente, los partidos de izquierda. El MST-Unite, el Partido Obrero, el PTS, la Corriente Clasista y Combativa, el MAS y la FUBA fueron algunos de los que se concentraron para pedir la destitución.
De manera puntual, en la Avenida de Mayo y Chacabuco se congregó la movilización en apoyo al jefe de Gobierno. Organizaciones políticas, municipales y agrupaciones sociales se extendieron por casi tres cuadras.
Jorge Díaz, padre de Florencia, una de las chicas muertas en Cromañón, observó los preparativos y sintetizó su malestar en una frase:
–Vienen con el cartel de “Justicia y verdad” y son todos tipos pagos. Los levantaron a 40 pesos por persona, en las villas 21, 31 y en San Telmo – dijo a Página/12. También se quejó de que Ibarra “politice el proceso, en lugar de contestar sobre lo que está imputado en este juicio”.
Del otro lado, aunque en una proporción mínima, también hubo familiares. “Los legisladores deberían ser los primeros en ir a juicio. Dicen que esto no es político, pero trajeron a los piqueteros; es toda una provocación”, sostuvo Nancy Palma, familiar de Paula y Noelia. Para Nancy, el juicio “es un intento de golpe institucional” comandado por Macri.
Detrás de ella, en las columnas de apoyo, integrantes de organismos de derechos humanos, como Julio Morresi, de Familiares de Desaparecidos por Razones Políticas, compartían el criterio. “No queremos venganza, sino justicia. Haciendo de Ibarra un chico expiatorio no vamos a tener ninguna solución”, señaló a este diario.
Entre la gente se vio a buena parte del gabinete ibarrista: el jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández, el secretario de Cultura, Gustavo López, la titular de Educación, Roxana Perazza, y el de Infraestructura, Roberto Feletti, que llevó a la marcha una bandera celeste y blanca con la consigna “No a la derecha en la ciudad”.
Muchos otros tenían banderas argentinas. Tras de la cabecera se ubicaron el Frente Transversal y Popular porteño y el Frente Grande-Encuentro Progresista. Bastante luego, la Coordinadora de Villas, con una delegación muy numerosa. A su presidente, Guillermo Villar, le tocó contestar las acusaciones del día. “Tomamos la decisión política de venir porque este gobierno está haciendo obras en las villas. No las suficientes, pero está haciendo; en ese sentido, es un reconocimiento a su gestión.”
Aunque superiores en número, (hubo, según los organizadores, 6 mil personas) los responsables de la movilización decidieron dar un largo desvío en lugar del itinerario previsto, evitando chocar con el otro grupo. Al ritmo de una banda de vientos, tomaron por Diagonal Norte, pasaron frente a la Plaza de Mayo y llegaron finalmente a la Legislatura por el otro costado. Al llegar al lugar, Ibarra se acercó a saludarlos. “Macri no pudo convencer a dos millones de personas y quiere convencer a 15 legisladores”, declaró. Eran las siete y media de la tarde y comenzaba la desconcentración, sin que se produjera ningún incidente.
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