Miércoles, 1 de febrero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › MURIO CORETTA SCOTT, VIUDA DEL NOBEL DE LA PAZ
Por Rupert Cornwell*
Allá en 1951, Coretta Scott era una excepcional y prometedora joven cantante lírica que había logrado superar la mayoría de las barreras que imponía una sociedad de blancos. Se ganó un lugar en el venerado Conservatorio de Música New England en Boston –casi 2000 kilómetros en el mapa y un universo entero la removían de la rural Alabama en donde había nacido un cuarto de siglo atrás–. Pero luego, dos años después, en Yankee, esa misma ciudad distante, conoció a un estudiante de teología llamado Martin Luther King. En 1953 se casó con él, y su vida cambió para siempre. King se convertiría rápidamente en el líder de la lucha de los negros estadounidenses para conseguir la aceptación e igualdad racial, y en un hombre que casi se convirtió en un santo mientras vivía. Coretta Scott King se encontró entonces en el epicentro de la historia.
En 1956, su casa en Montgomery fue atacada por extremistas blancos. Para entonces, Coretta ya había postergado cualquier ambición musical. Sin embargo, fue uno de los principales promotores de los “Conciertos por la Paz” de aquel tiempo, en los que se fundían la poesía, la música y la narrativa para presentar al movimiento de los derechos civiles y para recolectar fondos. Su propio perfil internacional también creció. Un año realizó un discurso en la Universidad de Harvard; otro año, dio un sermón en una misa en la Catedral St Paul. En 1964, acompañó a Martin Luther King a Oslo, donde recibió el Premio Nobel de la Paz.
En abril de 1968, en circunstancias todavía misteriosas, fue asesinado en el hotel Lorraine en Memphis por un hombre blanco llamado James Earl Ray. Durante su vida –y más allá de sus infidelidades documentadas–, Coretta fue un pilar de apoyo, hizo de consejera, escribió discursos ocasionalmente y representó a su esposo, al tiempo que fue madre de sus cuatro hijos. Después de su muerte, se convirtió en una verdadera matriarca del movimiento de los derechos civiles. En 1969, pu-blicó el primer volumen de una autobiografía, Mi Vida con Martin Luther King Jr. Cinco años después, organizó el Consejo de Acción de Pleno Empleo, para promover empleos para negros. Su mayor energía, sin embargo, estaba destinada a la creación del Centro Martin Luther King, que abrió en 1981 y fue presidido por ella durante 14 años hasta que lo entregó a su hijo.
En 1986, el Congreso estadounidense votó para que cada año sea conmemorado el cumpleaños de Martin Luther King, 15 de enero, como un feriado nacional. Fue un tributo a un gran estadounidense, pero en menor medida a su viuda también, que tanto trabajó para inmortalizar su nombre.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Laura Carpineta.
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