Al fin las cosas comienzan a mejorar para Lula. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recuperó gran parte de la popularidad perdida a raíz del escándalo de corrupción que sacudió a su Partido de los Trabajadores (PT) y es ahora el favorito para ganar los comicios de octubre próximo, en los que podría buscar un segundo mandato. Según un sondeo del Instituto Sensus divulgado ayer por la Confederación Nacional de Transportes (CNT), si los comicios se realizaran hoy Lula empataría en primera vuelta con su adversario potencial más fuerte, José Serra, pero vencería a éste en segunda vuelta con diez puntos de ventaja. El actual presidente brasileño recibiría el 47,6 por ciento de los votos, contra un 37,6 por ciento del alcalde, mostrando una espectacular recuperación, ya que en el último sondeo Serra lo aventajaba por 41,5% a 37,6%.

Los índices actuales de popularidad y de intención de voto del presidente son similares a los de hace un año, antes de la profunda crisis que sufrió el PT a consecuencia de diversas denuncias de corrupción en sus filas, que obligaron a drásticos cambios tanto en el gobierno como en la conducción del partido. Las denuncias provocaron el alejamiento del jefe de gabinete, José Dirceu, y del presidente del PT, José Genoino, y de otros dirigentes, además de la renuncia de varios diputados federales que criticaron el vuelco del partido a la derecha. Esta situación crítica puso en duda la posibilidad de que Lula se presentara nuevamente como candidato a la presidencia, situación que ahora se revirtió notoriamente. La mejora de la imagen pública de Lula es confirmada también por la evaluación personal de los brasileños sobre su desempeño en la presidencia del país. Un 53,3% aprueba el desempeño personal de Lula (era 46,7% en noviembre) y un 38% lo desaprueba (frente a 44,2%). El índice de rechazo del mandatario se redujo, pero aún es alto, dado que un 35,8% de los interrogados dijo que nunca votaría por él, mientras que en noviembre era 46,7%.

Sin embargo, Lula aún no se declaró oficialmente candidato para su reelección, y el lunes dejó claro que no lo haría hasta que la ley lo obligue, es decir, a fines de junio. “No puedo dejar de gobernar para entrar en una campaña porque los adversarios quieren que entre en ella”, afirmó Lula en una cena de celebración del 26º aniversario del PT. A pesar de ello, la oposición y muchos analistas políticos afirman que el ex líder sindical está de hecho en campaña desde hace meses, recorriendo el país, inaugurando obras y poniendo de relieve las realizaciones de su gobierno. Por su parte, el presidente del PT, Ricardo Berzoini, afirmó que su partido salió “más fuerte” de su crisis del año pasado. “Quienes quisieron destruirnos tal vez nos hayan hecho un favor: pusieron a prueba nuestras convicciones y hoy el PT es el partido más vigoroso, inclusive para enfrentar las elecciones de 2006”, sentenció Berzoini.