Miércoles, 22 de febrero de 2006 | Hoy
Terroristas podrían hacer entrar armas de destrucción masiva a EE.UU. bajo un polémico contrato respaldado por la Casa Blanca.
Por Sandro Pozzi *
Desde Nueva York
La controversia ha estallado en EE.UU. después de que la compañía árabe Dubai Ports World se hiciera con la gestión de seis puertos en la costa este estadounidense, entre ellos los de Nueva York y Nueva Jersey. Las autoridades de los estados afectados y sus representantes en el Congreso exigen a la Casa Blanca el bloqueo de una operación que crea evidentes problemas de seguridad y podría permitir a grupos terroristas introducir armas de destrucción masiva en el país.
Hace dos semanas, Dubai Ports –controlada por el gobierno de Emiratos Arabes Unidos– pagaba 6900 millones de dólares por la toma del control de la británica P&O, imponiéndose en la puja a su rival asiática PSA International (Singapur). La operación permitirá a la compañía árabe pasar del séptimo al segundo lugar en el ranking de los mayores operadores portuarios del mundo, por detrás de Hutchison Wahampoa (Hong Kong). Dubai Ports controlará un total de 51 terminales en 30 países, seis de ellas localizadas en la costa este de EE.UU., lo que ha despertado un intenso debate. La compañía árabe controlará así las operaciones de estibaje y navegación de P&O en los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Miami, Baltimore, Filadelfia y Nueva Orleans. En el Congreso preocupa especialmente el origen del nuevo propietario de la operadora británica, que nunca mostró una posición clara en la lucha contra el terrorismo.
El líder republicano en el Senado, Bill Frist, pidió ayer a la Casa Blanca que vete una operación a la que ya ha dado su visto bueno y amenazó con la introducción de una ley que permitirá parar el proceso. Los senadores demócratas por Nueva York, Charles Schumer y Hillary Clinton, lo apoyan. Por su parte, el gobernador de Nueva York, George Pataki, se mostró preocupado mientras el alcalde de Baltimore, Martin O’Malley, calificaba la actitud de la Casa Blanca de “escandalosa” e “irresponsable”. Pero el presidente George W. Bush amenazó con vetar cualquier legislación que se oponga al polémico contrato.
Los puertos están considerados como un coladero por el que grupos terroristas podrían introducir armas químicas, biológicas o nucleares en el país, para cometer atentados. Michael Chertoff, secretario de Seguridad nacional, aplaca las críticas asegurando que se están teniendo en cuenta todos los aspectos de la operación, mientras desde el Departamento de Estado se considera a Emiratos Arabes Unidos como un país “aliado” y “amigo”. La gestión de la seguridad de los puertos, añaden, seguirá en manos de las autoridades estadounidenses.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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