Tal como especuló el oficialismo durante todo el verano, hoy la Cámara de Diputados convertirá en ley el polémico proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura. Los hombres de Néstor Kirchner estaban tranquilos anoche tras repasar el número de adhesiones cosechadas, que hoy se plasmarán en votos a favor de la iniciativa de su esposa, la senadora Cristina de Kirchner. En el bloque K están seguros de tener los 129 diputados necesarios, pero el cálculo podría llegar a 140 con el apoyo de 18 ex duhaldistas. Si bien la reforma será aprobada, la oposición estima que el Gobierno “perderá el debate”. Una fuente del kirchnerismo confesó a Página/12 que hay disconformidad con los elegidos que fueron “seducidos” para apoyar el proyecto, pero rechazó los rumores sobre ofrecimientos a cambio de voluntades.

“Este gobierno le puso muchas fichas, pero no es como los casos de otras leyes importantes” que terminaron en escándalos, clarificó un importante diputado K. “Acá no hubo un vale todo, ni billetera, ni nada”, agregó contundente. Pero admitió que adhesiones como las de Luis Barrionuevo o Mirta Pérez lo ponen incómodo. Esta legisladora, que ingresó a la Cámara con el menemista Hugo Franco y el año pasado saltó del pierrismo al duhaldismo, fue convocada por el Ministerio del Interior por sus conocimientos en “temas de seguridad” y colaborará en esa materia con la intendencia de Quilmes, según confirmó a este diario.

Como quien se prepara para rendir un examen, el jefe del bloque K en Diputados, Agustín Rossi, repasó anoche su discurso y revisó los números con sus colaboradores. Los diputados del Frente para la Victoria-PJ son 118, pero hay que restar a Alberto Balestrini, que como presidente del cuerpo no vota, al ex canciller Rafael Bielsa y al neuquino Oscar Massei, que anticiparon su pronunciamiento en contra, y a un miembro que está enfermo. A esos 114 se suman Eduardo Lorenzo “Borocotó”, cuatro de los cinco radicales que responden a sus gobernadores, los tres puntanos de Adolfo Rodríguez Saá y algún legislador provincial hasta arañar los 129. “En caso de que tengamos 127 o 128, está el compromiso de Bielsa y de Ma- ssei de votar a favor”, anticipó a Página/12 una influyente fuente del bloque K. Allí esperan que adhiera a la reforma del Consejo Paola Spatola, que abandonó recientemente el partido de Mauricio Macri.

El proyecto que será convertido en ley reduce de 20 a 13 los miembros del Consejo de la Magistratura, un organismo nacido del Pacto de Olivos y plasmado en la reforma constitucional de 1994. Esta modificación reduce la representación de abogados y académicos y elimina al segundo representante de la oposición parlamentaria. Además introduce cambios en el sistema disciplinario y en la conformación del Jury de Enjuiciamiento.

Aunque el kirchnerismo había anticipado que el proyecto llegaría al recinto sin cambios, para evitar que vuelva al Senado, los ex duhaldistas hicieron ayer un último intento de plasmar modificaciones. A esta fuerza le interesaba mantener los cargos para la segunda minoría, que podrían corresponderle en la próxima renovación del Consejo. La respuesta fue negativa, y anoche el bloque Peronista Federal, integrado por 31 diputados, evitó quebrarse aunque “quedó fisurado” por la intransigencia de los duros del grupo El General: Eduardo Camaño, Jorge Sarghini, Francisco De Narváez y Juan José Alvarez. Trece de ellos (Cristian Ritondo, Adrián Menem y Alejandra Oviedo, entre otros) piensan votar en contra de la reforma. En cambio se pronunciarán a favor los 18 restantes: el jefe del bloque, José María Díaz Bancalari, Alfredo Atanasof, Carlos Ruckauf, Luis Barrionuevo, Graciela Camaño, Jorge Landau, Mirta Pérez, Mabel Müller y Oscar Rodríguez, entre otros. Hoy en el recinto sólo hablará Díaz Bancalari, sintetizando las dos posiciones.

Lejos de la foto que desató la ira presidencial, que los comparó con la Unión Democrática de 1946, cada bloque opositor presentará sus propios argumentos en contra. Además de aristas y radicales, así lo harán los socialistas, los macristas y los cordobeses del Partido Nuevo que responden a Luis Juez. Desde el radicalismo, Mario Negri opinó que “el Gobierno tendrá poder de veto o bloqueo para designar o remover jueces”. Esta crítica se basa en la modificación artículo 2, que establecerá cinco cargos para el oficialismo de turno, sobre siete sillas políticas. Como las decisiones se toman por dos tercios de los votos, desde el kirchnerismo insistieron en que esa cantidad de miembros no permitirá “armar una terna de jueces” adictos, como tampoco destituir a algún magistrado. Aunque admitieron que sí se podrá bloquear asuntos. Eduardo Macaluse, jefe del bloque ARI, consideró que “tienen los votos pero no tienen fundamentos, y perdieron la discusión porque se nota que lo hacen para controlar la justicia”.