El pequeño Estado balcánico de Montenegro se despertó ayer consciente de que había optado por hacerse solo su camino por el mundo, aunque el 45 por ciento de su población de 650.000 rechazara la idea. Ayer, la comisión del referendum del estado confirmó las primeras proyecciones y anunció que el voto pro-independencia del domingo había apenas excedido el 55 por ciento de mínimo exigido a Montenegro por la Unión Europea (UE) anteriormente este año, como una condición para reconocer su independencia. La UE reconoció la victoria de los separatistas, pero los unionistas pidieron una revisión del cómputo.

El primer ministro Milo Djukanovic de 44 años, que gobernó Montenegro durante 16 años, le dijo a la exultante multitud ayer a la mañana: “Por la decisión de una mayoría de ciudadanos de Montenegro, la independencia del país se ha renovado. ¡Tenemos nuestro Estado!” Serbia, que hace tres años aceptó que Montenegro llevara a cabo una consulta sobre la independencia, no respondió inmediatamente a la noticia, aunque el diario Politika de Belgrado, que refleja la opinión del gobierno, echó agua fría sobre el resultado. “La mayoría de Milo es cuestionable”, comentó. “Ganaron los separatistas, pero nadie puede decir por cuántos votos”. La votación fue escrutada por unos 3000 monitores, y no hubo informes de irregularidades.

Javier Solana, el jefe de política de la UE que juntó a Serbia y Montenegro en la nueva unión en la esperanza de evitar mayores fragmentaciones en los Balcanes, saludó el resultado como “exitoso”: “Parece que el proceso fue muy ordenado”, dijo. “Y debemos felicitar a todos por eso.” Djukanovic espera que habiendo separado a su país de Serbia, cuyas conversaciones con la UE fueron canceladas el mes pasado después que decidiera no entregar al general Ratcko Mladic a las autoridades en La Haya para ser juzgado por crímenes de guerra, Montenegro ahora adelante su integración en la UE. Pero la UE, que está ansiosa por desalentar a los miniestados a que se les unan, no ha hecho promesa alguna.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.