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El rápido ascenso de Evo Morales, el líder cocalero y candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS), amenaza con desplazar del segundo lugar al ex presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada, ya computado el 86 por ciento de los votos de las presidenciales bolivianas del domingo pasado. Morales pasó a contar con un 21,18% de los votos a su favor, que lo ubican a sólo 0,48% de Sánchez de Lozada, quien pelea por un segundo mandato y ostenta el 21,66% de los votos. De persistir el ascenso en el escrutinio, Morales podría desplazar a Lozada y pasar a disputar en el Congreso la presidencia boliviana con Manfred Reyes Villa, el populista que lleva el primer lugar con un escaso 22,09 por ciento. El imprevisto giro de la votación dejó momentáneamente en suspenso las negociaciones de alianzas entre Reyes Villa y Sánchez de Lozada para la elección del nuevo presidente de Bolivia en el Congreso.
La Constitución boliviana establece que, de no accederse a una mayoría absoluta –la mitad más uno de los votos– en los comicios, el Congreso debe elegir al mandatario entre los dos candidatos más votados. Hasta ayer, el ex presidente Jaime Paz Zamora aparecía como único árbitro de la votación del 4 de agosto, luego que Morales reiteró que no dará sus votos en el Congreso a Reyes Villa ni a Sánchez de Lozada. Los operadores políticos de la Nueva Fuerza Republicana (NFR) de Reyes Villa y del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) habían iniciado negociaciones extraoficiales con el partido de Paz Zamora, el socialdemócrata Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR). Cuarto en los cómputos oficiales, el MIR anunció oficialmente que emprenderá negociaciones para realizar eventuales alianzas a partir del próximo martes, luego de que la Corte Nacional Electoral (CNE) anuncie los resultados oficiales de la elección.