Jueves, 5 de octubre de 2006 | Hoy
El mandatario norteamericano promulgó una ley que asigna 1200 millones de dólares para erigir la polémica valla fronteriza con México. Además, se gastará más en los controles a los inmigrantes ilegales. La decisión recibió críticas de Latinoamérica.
El presidente estadounidense, George W. Bush, promulgó ayer una ley que asigna 1200 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México. Además, se asignan más fondos para el combate contra los inmigrantes indocumentados. “Esta legislación nos dará mejores herramientas para hacer cumplir nuestras leyes de inmigración y para resguardar nuestra frontera sur”, dijo Bush al firmar la ley de gastos para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para el año fiscal 2007, durante un acto en Scottsdale, Arizona.
La ley aprobada por Bush incluye un paquete de medidas de refuerzo de la seguridad fronteriza, con un presupuesto total de 33.800 millones de dólares. Entre las medidas figura la atribución de 1200 millones de dólares para la construcción del muro en la frontera sur del país. Al menos 426 inmigrantes ilegales murieron intentando cruzarla en los últimos doce meses.
Esta ley de gastos no es, sin embargo, la que autoriza la construcción del muro, que fue aprobada por el Congreso el viernes pasado. La ley de gastos provee fondos para más vallas fronterizas, barreras vehiculares, iluminación, tecnología de punta, incluidos radares de tierra, cámaras infrarrojas y sensores avanzados que ayudarán a prevenir cruces ilegales en la frontera sur. “Si la gente sabe que serán detenidos y deportados por entrar ilegalmente, se reducirán las posibilidades de que entren ilegalmente”, aseguró el mandatario estadounidense.
Como era de esperarse, la noticia de la asignación de recursos para el muro fronterizo provocó el firme rechazo de México. “La medida lastima la relación bilateral en su conjunto y es contraria al espíritu de cooperación que debe prevalecer para garantizar la seguridad en la frontera común”, aseguró el gobierno mexicano. El presidente electo de México, Felipe Calderón, del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), también expresó su rechazo al muro. “El alto índice de migración ilegal mexicana hacia Estados Unidos no puede reducirse por decreto ni por obstáculos físicos”, aseguró.
A pesar de todo, el gobierno mexicano afirmó que las relaciones con Estados Unidos seguirán por el buen camino. “El futuro de la prosperidad de México y el resto de Latinoamérica pasa necesariamente por una mayor integración con América del Norte”, afirmó el canciller Luis Ernesto Derbez ayer, al presentar un informe ante el Congreso. “No debe haber equívocos: nuestra relación con Estados Unidos es y debe seguir siendo prioridad de la política exterior de México, ya que la geografía nos obliga a ser vecinos, la economía nos obliga a ser socios y el fenómeno migratorio ha hecho que nuestras culturas se retroalimenten”, señaló Derbez.
También los gobiernos de América latina calificaron de “errónea” y “lamentable” la decisión de Estados Unidos. “Es lamentable que se haya tomado esa decisión. Los muros no sirven para nada”, enfatizó el presidente de Guatemala, Oscar Berger. Por su parte, Ecuador envió una nota a la Cancillería mexicana en la que le manifiesta su apoyo. “Ante la decisión del Congreso estadounidense de aprobar un proyecto de ley para construir un muro a lo largo de la frontera mexicano-norteamericana, Ecuador se adhiere a la posición de México.”
Sin embargo, las probabilidades de que el muro sea construido en su totalidad parecen escasas. Expertos y políticos señalaron que los fondos disponibles son insuficientes para llevar a cabo el proyecto, cuyo valor estimado va de 6000 a 8000 millones de dólares.
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