El presidente palestino, Mahmud Abbas, anunció ayer un nuevo acuerdo para el cese de fuego entre Hamas y Al Fatah en la Franja de Gaza, tras una jornada de enfrentamientos que causaron ocho muertos. Abbas, de Al Fatah, dijo que espera que todos adhieran al pacto, que fue confirmado poco después por el primer ministro palestino, Ismail Haniye, de Hamas. Ambas facciones ya habían acordado una tregua el domingo. Los enfrentamientos tuvieron un respiro durante el lunes, pero se reanudaron durante la noche de ese día. Por otro lado, el rey de Jordania, Abdullah II, se ofreció como anfitrión de un encuentro entre Haniye y Abbas. La invitación se produjo después de que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, realizó una visita sorpresa a Amman para reflotar con el rey jordano el proceso de paz entre Israel y los palestinos.

Poco antes del acuerdo para el cese del fuego, Haniye dirigió un mensaje a la nación, en el que instó a las facciones palestinas a que pongan fin a los enfrentamientos y a que se unan en la lucha contra Israel. “Esta nación, este pueblo estará unido frente a la ocupación y la agresión y no se involucrará, pese a las heridas de los últimos días, en una lucha interna”, afirmó Haniye en un discurso de 40 minutos. El primer ministro aseguró que su partido Hamas, que controla el gabinete y el Parlamento palestinos, no es responsable del fracaso de las negociaciones de los últimos meses para la formación de un gobierno de unidad con su rival Al Fatah.

Haniye rechazó nuevamente por inconstitucional la convocatoria a elecciones anticipadas formulada por Abbas el sábado pasado, que desató una ola de violencia entre las dos agrupaciones. “Desafortunadamente el presidente Abbas arrojó una bomba en aguas calmas. Este llamado a celebrar elecciones anticipadas es contradictorio, no es constitucional, y en lugar de ello nos hará retroceder diez años”, dijo Haniye. El premier también se dijo dispuesto a aceptar una tregua de 10 o 20 años con Israel si se retira de los territorios palestinos ocupados en 1967 y permite la creación de un Estado palestino. Además acusó a la Casa Blanca por el intento de aislar y derrocar al Ejecutivo palestino dominado por Hamas y legítimamente electo en los comicios legislativos de enero pasado. “Hay una relación directa entre la decisión de derrocar a este gobierno y hacerlo colapsar, y los americanos están detrás de esta política”, remarcó.

Por su parte, Abbas también reclamó el cese de los enfrentamientos entre Hamas y Al Fatah. “Llamo a todos, sin excepción, a adherir a un cese del fuego, a terminar los asesinatos y todas las operaciones para mantener la unidad nacional”, afirmó el presidente palestino. “El acuerdo firmado entre las facciones palestinas debe ser aplicado en el terreno y las fuerzas de seguridad palestinas deben desplegarse en las calles para lograr un alto a las acciones de los combatientes”, agregó. De esta manera Abbas aludió a la tregua acordada el sábado pasado que fue reiteradamente violada por los dos partidos, que pugnan por el poder.

El día de ayer fue sangriento. Siete palestinos murieron y al menos doce resultaron heridos en los enfrentamientos en Gaza, que comenzaron cerca del hospital local y continuaron frente a la sede de los servicios de inteligencia. Además, otro palestino fue asesinado en el campo de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania. Los secuestros también fueron noticia. Miembros de Hamas secuestraron a un coronel de los servicios secretos que responden al presidente Abbas y otro grupo armado atacó el automóvil del gobernador de la región norte en la Franja de Gaza, Ismail Abu Shemala, quien salió ileso. En tanto, el dirigente de Hamas Mohammed Al Kharuf fue secuestrado por cuatro hombres armados que ingresaron con los rostros cubiertos al hospital Ahli, en Cisjordania.