El ex ministro colombiano Fernando Araújo, secuestrado por la guerrilla de las FARC desde 2000, recobró la libertad tras huir de sus captores. La fuga fue posible gracias a un operativo militar en el que murieron seis guerrilleros y un infante de marina. “Me pude escapar el domingo pasado –31 de diciembre–, gracias a que una acción militar apoyada por helicópteros atacó el campamento donde estaba cautivo, en la región de los Montes de María (norte)”, señaló Araújo, quien apareció bastante delgado, con bigote, incipiente barba y la piel quemada. El ex ministro formaba parte de los 58 rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han propuesto canjear por 500 rebeldes presos y que incluye además a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses, 19 políticos y 34 policías y militares.

El ex ministro permanecía secuestrado por el frente de las FARC que actúa en la zona caribeña colombiana al mando de Martín Caballero, el alias de Gustavo Rueda Díaz, contra quien iba dirigida la operación militar. Araújo dijo que durante su cautiverio siempre estuvo custodiado por 12 insurgentes, a los que se sumaban algunos grupos de apoyo. Cuando escapó había en el campamento unos 200 guerrilleros que al parecer acudían a un encuentro del Bloque Caribe de las FARC. Lo numeroso del grupo permitió que fuera fácilmente detectado. “Cuando me doy cuenta de que los helicópteros que rodean el campamento vienen a atacar y comienzan a disparar, yo digo: o me voy, o me matan, y entonces tomo una decisión de vida o muerte”, explicó Araújo en una conferencia de prensa que dio tras ser llevado por un helicóptero a Cartagena, 1090 kilómetros al norte de Bogotá.

En ese mismo balneario había sido secuestrado el 4 de diciembre de 2000 mientras realizaba ejercicios matinales en la playa. Araújo se desempeñaba entonces como ministro de Desarrollo Económico del gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), quien en esa época mantenía un proceso de paz con las FARC que se frustró dos años más tarde. “Yo soñaba con este momento desde el primer día de mi secuestro”, manifestó emocionado al abrazar a su hijo y a otros familiares, ante quienes relató que, tras huir, permaneció escondido y tratando de encontrar la salida durante cinco días sin agua ni alimentos. El hombre recibió ayuda de algunos campesinos de la zona y llegó en la madrugada de ayer al pequeño caserío de San Agustín, en el norteño departamento de Bolívar, a unos 900 kilómetros al norte de Bogotá, desde donde se comunicó con su familia. Tremenda sorpresa se habrán llevado sus familiares, que no sabían nada de Araújo desde hacía más de un año. El grupo guerrillero había enviado tres pruebas de vida: en febrero de 2002, marzo de 2003 y la última en diciembre de 2005.

El presidente Alvaro Uribe, quien ordenó hace casi tres meses a la fuerza pública rescatar a sangre y fuego a los secuestrados, aseguró que la liberación de Araújo fue resultado de la operación, que contó con la autorización de su familia. El mandatario felicitó a los militares y señaló que la ubicación del campamento donde estaba el secuestrado fue obtenida gracias a la información suministrada por un campesino. “Quiero felicitar al doctor Araújo y sus familiares, con los que hablé esta mañana. Quiero agradecer a su familia, que nos autorizó a realizar el rescate”, afirmó el mandatario, quien recibió la noticia en su hacienda de El Ubérrimo en el departamento de Córdoba (norte).

Las familias de otros rehenes celebraron el retorno de Araújo a la libertad pero pidieron que el gobierno insista en negociar con las FARC y no intente operaciones similares por el peligro que corren los secuestrados. De hecho, un total de 11 rehenes de las FARC han muerto durante el gobierno de Uribe, incluidos ocho militares, un gobernador y un ex ministro en una fallida operación de rescate en mayo de 2003. “El problema es el riesgo que se corre en un rescate, que en este caso gracias a Dios fue exitoso, pero que no ocurrió así otras veces”, subrayó Marta Lizcano, cuyo esposo es un congresista secuestrado por la misma época que Araújo. Por su parte, el ex ministro liberado afirmó que siempre notó la presión militar sobre los campamentos guerrilleros, aunque dijo entender que esas acciones se hacen con las precauciones adecuadas para que los secuestrados corran el mínimo riesgo posible. Asimismo expresó su solidaridad con los que permanecen secuestrados, pero agregó que tenía fe en que todos alcanzarán la libertad.

Con el buen resultado de este operativo, el gobierno colombiano tiene ahora más razones que nunca para defender los rescates. El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, reivindicó el resultado del operativo militar como muestra de que “cuando se trabaja en equipo se consiguen resultados” y pidió a sus compatriotas confiar en los resultados de esas operaciones.