Sábado, 6 de enero de 2007 | Hoy
EL PAíS › CUATRO ENCUESTADORES ANALIZAN LAS POSIBILIDADES DEL EX MINISTRO
Los analistas coinciden en que la tardanza en confirmar su candidatura le jugó en contra. Aseguran que no tiene posibilidades de llegar a la presidencia pero que podría posicionarse para el futuro. Los resultados están atados a la definición de Mauricio Macri sobre el distrito en que se presente y las alianzas que puedan hacer.
Por Raúl Kollmann
Cuatro de los más conocidos encuestadores coinciden en que Roberto Lavagna tardó demasiado en lanzar su candidatura, que su intención de voto retrocedió desde aquel primer anuncio de que podría competir por la presidencia y que, hoy por hoy, sus posibilidades son una incógnita. Como ya se sabe, los consultores evalúan que si las elecciones fueran ahora, tanto Néstor como Cristina Kirchner ganarían en primera vuelta, por lo que el desafío de los opositores es ver quién se ubica segundo y quién, por lo tanto, se posiciona como principal adversario para el futuro.
El lanzamiento
Hugo Haime, de Haime y Asociados; Graciela Römer, de Römer y Asociados, y Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM) acuerdan en que Lavagna tardó demasiado en confirmar su candidatura.
“Tenía que lanzarse porque ya estaba generando demasiadas dudas. Ahora, por ejemplo, obliga a Mauricio Macri a definir si va a ser candidato a presidente, a jefe de gobierno porteño o gobernador bonaerense. El rompecabezas se empezaría a armar”, afirma Haime. Römer coincide en que “Lavagna tomó una decisión que debió tomar hace un tiempo” y en que “la dilación le provocó una merma considerable en la intención de voto que tenía cuando se lanzó por primera vez”. Ahora –analiza– “le va a costar bastante remontar lo que consiguió al principio. Por supuesto que va a ser muy importante lo que haga Mauricio Macri”.
“La candidatura de Lavagna estaba planteada desde que entró al gobierno de Eduardo Duhalde e incluso cuando se debatió si sería candidato a vicepresidente de Néstor Kirchner. Después, Kirchner sorprendió con la elección de Daniel Scioli, pero lo de Lavagna flotaba en el ambiente. Y me parece que Kirchner siempre tuvo en claro que Lavagna iba por la presidencia”, señala Zuleta Puceiro.
“El gran problema de Lavagna –insiste– fue que se lanzó hace casi un año y sufrió una fuerte parálisis atrapado por la lógica de sus apoyos: el radicalismo, Alfonsín, el peronismo residual, Duhalde. Esos apoyos perjudicaban cualquier campaña.”
Las posibilidades
Todos los encuestadores aseguran que Lavagna, ni ningún otro candidato de la oposición, tienen chances de ganar la presidencia si enfrentan a Néstor o Cristina Kirchner. Pero hay diferencias entre quienes creen que puede salir segundo o quienes sostienen que quedaría detrás de Mauricio Macri y Elisa Carrió. Allí se jugaría la verdadera contienda: quién quedaría instalado como jefe de la oposición.
“Con las encuestas en la mano, la única chance que tiene Lavagna es salir segundo. Y eso, insisto, depende de lo que haga Macri. Si el candidato de ese espacio de centroderecha es Jorge Sobisch y Macri va por la Capital, obviamente las chances de Lavagna de quedar segundo crecen. Si, en cambio, Macri va de candidato presidencial, a Lavagna se le recortan mucho las chances de recoger votos de centroderecha. Macri hoy está claramente por encima de Lavagna en las encuestas”, dice Haime.
Römer ubica a Lavagna cuarto, detrás del candidato oficialista, Macri y Carrió, en ese orden: “Actualmente está claro que la hipótesis más probable es que tanto Néstor Kirchner como Cristina ganarían en primera vuelta, pero habrá que ver qué hace Macri. En su momento cuando, cuando Lavagna se lanzó, el Gobierno lo recibió como un impacto fuerte. Es más, diría que se asustó bastante. Porque de todos los candidatos, Lavagna es el que tenía un atributo muy importante, el de la transversalidad. A eso hay que agregarle su experiencia como ministro”.
Römer asegura que en ese momento el techo de Lavagna era muy superior al de Macri o Carrió porque el presidente de Boca estaba limitado hacia la izquierda –“de esa franja no lo votarían”– y Carrió hacia la derecha –“le resultaría difícil conseguir apoyos de ahí”–. Pero la encuestadora insiste en que ese panorama favorable quedó afectado por la indefinición. “La gran duda es si está a tiempo, si recompone o no lo que tenía hace un año. Eso está en veremos”, señala.
Zuleta Puceiro asegura que, según surge de las encuestas, la candidatura de Lavagna tiene un potencial de mantenerse entre el 15 y el 20 por ciento y que desde ese lugar podría posicionarse para el futuro. “Creo que no tiene posibilidades de ser Presidente, pero la oposición tiene que mirar las cosas con otra óptica: buscar el lugar desde el que va a perder, pero que quede bien ubicada de cara al futuro. Hay un espacio para los que se presentan como contrarios pero no contradictorios con lo que se denomina el populismo. Por ejemplo, no están en la vereda de enfrente del éxito económico y la pelean por el lado de la calidad institucional, la lucha contra la corrupción o la inseguridad. No es el caso de Macri, por ejemplo. Macri no tiene ningún punto en común con el plan económico, Macri es Braden o Perón. En cambio Lavagna puede pelear como Alkmin le peleó a Lula en Brasil o como Ollanta Humala lo hizo contra Alan García en Perú. Igual, no le da para ganar”, asegura el titular OPSM.
Artemio López, de Equis, es quien tiene la óptica más categórica: “Es una candidatura destinada a no prosperar. Hoy en día hay un referente más instalado, con buena intención de voto en dos distritos muy importantes, Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Ese referente es Mauricio Macri. Además, cuenta con un atributo que Lavagna no tiene: llega a los sectores populares. Muchos piensan que Lavagna es un buen candidato porque puede cosechar votos de centroderecha y de centroizquierda. Yo creo que tiene límites a ambos costados. Por la izquierda, Elisa Carrió va a hacer una buena elección. Por derecha, está Macri”.
Las alianzas
Los cuatro especialistas coinciden en que una alianza con Macri potenciaría a la oposición y la haría competitiva frente al candidato oficialista. Sin embargo, las dudas están en si los sectores que respaldan a uno y otro podrían convivir.
“Si se juntan, es indudable que serán la segunda fuerza. Con algún límite, pero pueden sacar bastante más que el 20 por ciento de los votos. No creo que estén en condiciones de disputar la presidencia, porque actualmente no se ve en las encuestas una hipótesis en la que el oficialismo no gane. Pero, atención, estaríamos ante una fuerza que va a juntar poder, diputados y algún gobernador”, advierte Haime. Römer acuerda en que una alianza entre el ex ministro y el presidente de Boca conformaría un frente que puede dar pelea. “No contra Néstor, pero sí contra Cristina Kirchner”, aclara.
“Por supuesto que la gran incógnita es qué hará Macri –señala Zuleta Puceiro–. Por un lado, es un candidato presidencial instalado. Por otro, hasta le podría ganar a Scioli en territorio bonaerense, no a Cristina. Y en Capital también tiene chances. Si Lavagna y Macri arman una alianza serán muy competitivos. Insisto, no veo que lleguen al ballottage porque parten de una desventaja de 40 puntos y porque el Presidente ha instalado una buena política electoral. Tendrá un candidato a vicepresidente como el radical Julio Cobos, se acerca a otros sectores, hay 200 intendentes radicales cercanos a la propuesta K. Todo eso no lo hizo Lula, quien no forjó alianzas. Si el oficialismo hace una campaña sin exasperaciones, con el éxito económico que tiene, debería ganar con cierta facilidad.”
López pone en duda la posibilidad de un acuerdo a partir de la resistencia de los aliados de ambos, los radicales y Ricardo López Murphy. “Si Macri y Lavagna pactan –analiza el titular de Equis– hay que ver cómo se arman las candidaturas. Lavagna tiene bastantes votos en Capital. Macri también. Es más, muchos dicen que el presidente de Boca podría ganar en territorio porteño. Yo tengo mis dudas. De manera que hay que ver cómo organizan esa alianza.”
Para López hay otro elemento que todavía no está claro. Un soporte de Lavagna –sostiene– “es el voto radical y no sé si esa corriente admite una alianza con Macri. Tampoco me queda claro si las corrientes de centroderecha que respaldan a Macri admiten a Lavagna, o sea lo que han llamado un kirchnerismo sin Kirchner. Son todas incógnitas que hay que despejar”.
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