Otro Pinochet quiere gobernar a los chilenos. El nieto del dictador, Augusto Pinochet Molina, aseguró ayer que quiere llenar el espacio vacío que dejó su abuelo. El ex capitán de 33 años se había hecho mundialmente conocido cuando, vestido con su uniforme militar, defendió el golpe de 1973 durante las exequias de su abuelo. El gobierno de Michelle Bachelet no dudó en ponerlo como ejemplo y lo expulsó del ejército. Para la derecha fue el empujón que necesitaba un Pinochet para saltar a la arena política.

Unas semanas después de que lo expulsaran de las Fuerzas Armadas, el nieto del otrora todopoderoso general ya comenzaba a recibir ofertas de trabajo. El único que se animó a hacerlo públicamente fue el diputado de la Unión Democrática Independiente (UDI), Iván Moreira. “Era un idea antigua, que se vio renovada porque muchos consideraron que Augusto estuvo bien en el funeral de su abuelo. Tiene garra y valentía y captó la atención de la ciudadanía y de los seguidores de su abuelo”, sostuvo el reconocido pinochetista, en una entrevista con el diario chileno Ultimas Noticias. Sin embargo, Augusto III, como lo llaman los medios chilenos, todavía no está seguro de si ingresará a la política de la mano de la UDI. “En marzo defino si la cosa va por un partido o como independiente”, le dijo a Ultimas Noticias. También adelantó que se presentaría para una banca en el Congreso o como candidato en un municipio. “Lo hago porque hay un vacío muy grande para un importante sector de la población que salió en apoyo de mi abuelo y que no tiene ahora ningún tipo de representatividad”, explicó. Según el nieto del dictador, alrededor del 40 por ciento de los chilenos seguirían apoyando a su abuelo. Recordó que cerca de 60 mil personas hicieron cola para despedir los restos del dictador. Para Moreira este apoyo masivo es una prueba de que Augusto no tendrá problemas para ganar un cargo. Pero no todos opinan así. Para el senador socialista Carlos Ominami el anuncio del nieto de Pinochet es una aventura intrascendente. “Los partidos de la oposición vienen haciendo esfuerzos por tomar distancia de la gestión y del apellido Pinochet, así que esto no tiene futuro”, explicó el legislador y recordó la última elección presidencial, en la que los dos candidatos de derecha cuestionaron al dictador.