Lunes, 2 de abril de 2007 | Hoy
Desde ayer, los ciudadanos de Bolivia necesitan visa para entrar a Europa. Hubo quienes se aprovecharon de los que estaban desesperados por viajar. Hoy el director de Migración está preso.
Por Pablo Ortiz
Desde Santa Cruz
A los mostradores del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) del aeropuerto de Cochabamba no se acercaba nadie la mañana del viernes. En el espacio en el que hasta hacía pocos días se aglomeraban cientos de viajeros que buscaban días mejores en España, sólo quedaban unos 50 huelguistas de hambre que veían cómo la ambición de unos pocos les mató el sueño europeo. Para ellos ya era tarde, porque aunque abordaran el avión en ese mismo momento, llegarían a Barajas el domingo (por ayer), cuando ya entraba en vigencia la ley que exige que los bolivianos pidan visa para ingresar a toda la Unión Europea. Ahora, los carteles que cercan el lugar piden que las autoridades intervengan y les ayuden a recuperar su dinero.
Con el plazo del 1º de abril acercándose, en el río revuelto de la pobreza boliviana hubo muchos pescadores. Los primeros fueron las agencias de viaje. Pese a que las líneas aéreas ofrecían ir a Madrid por alrededor de 900 dólares, las agencias elevaron el precio hasta 1600. Ofrecían cursos de capacitación, falsas reservas en hoteles y seguro para viajeros. Sin embargo, cuando estaban frente al oficial de migración en Barajas, nada de eso servía y miles de bolivianos fueron deportados durante los últimos meses. Los que lograban ingresar eran cazados en las ciudades y echados del suelo español en los primeros aviones con destino a Bolivia.
Y entonces los que llegaban devueltos se encontraban en los aeropuertos con los que querían ir. “Nos han tratado como perros”, dice uno que llora para la tele. “Me tuvieron más de 10 días en una celda, no me daban de comer. Mi familia está allá, mi hijo tiene nacionalidad española y a mí no me dejan entrar. Los denunciaré ante Derechos Humanos”, dijo otro deportado.
Pero la maldición no se acabó sólo al no poder entrar a España. Confiados en poder conseguir mejores trabajos, la mayoría de los viajeros pidió prestado entre 2000 y 5000 dólares a bancos, cooperativas y usureros para parecer opulentos bolivianos que van a conocer las plazas de toros y los museos de la madre patria. Ahora, deberán buscar la forma de pagarlo en un país del cual decidieron irse porque no encontraban trabajo.
Ante la suma de pequeñas tragedias humanas, el presidente, Evo Morales, salió a decir algo. Recordó que cuando la migración fue de norte a sur no hubo visas y que los que vinieron del norte acumularon tierras y saquearon los recursos naturales.
“Cuando la migración es de norte a norte, entre ellos se entienden, pero cuando vamos desde el sur, construyen muros y exigen visas para detenernos. Si quieren globalización, que globalicen primero al hombre”, dijo.
Pero hubo funcionarios de su gobierno que también se convirtieron en hábiles pescadores. Uno de ellos fue Dante Castillo, el director de la oficina de Migración en Santa Cruz de la Sierra que, en enero, repartió boletos a los que hacían fila para conseguir un pasaporte para regresar en marzo. Así, los pasaportes comenzaron a valer oro y las coimas se fueron multiplicando. En las últimas semanas era imposible conseguir uno si no se disponía de 600 dólares. Con la esperanza perdida, muchos llegaron hasta la policía a denunciar los cobros ilegales en Migración y el sábado Dante descendió al infierno y fue enviado a la cárcel por un juez.
Y no fue el único sancionado. Al LAB le han prohibido vender pasajes por dos meses y sólo podrán volar para cubrir los pasajes ya vendidos. Además, tendrán que devolver más de 400.000 dólares a los usuarios que dejaron en Bolivia, lejos, muy lejos del sueño europeo y con tanta mala suerte, ya que los últimos vuelos que llegaron a España pasaron directo, sin exigencias ni deportados. El último regalo del gobierno español antes de cerrar sus puertas.
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