Estados Unidos descartó ayer la posibilidad de liberar a cinco prisioneros iraníes a cambio de asegurar la participación de Irán en una conferencia internacional sobre Irak que tendrá lugar en Egipto el 3 y 4 de mayo. También volvió a criticar las actividades de Teherán en el país vecino. En otro episodio del cruce de acusaciones entre la Casa Blanca y Teherán, la televisión estatal iraní mostró imágenes de un diplomático que acusó a la CIA de haberlo secuestrado y torturado en Bagdad.

Irán advirtió que es poco probable que participe en una conferencia ministerial sobre la seguridad de Irak prevista para mayo en Egipto, a menos de que sean dejados libres los cinco iraníes, capturados por fuerzas estadounidenses en el norte iraquí en enero. La decisión fue anunciada por el viceministro de Exteriores, Abbas Araghchi, en una entrevista que fue publicada por el diario Keyhan. Interrogado sobre si Estados Unidos estaría preparado para liberarlos, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, Gordon Johndroe, respondió tajantemente: “No”.

Por su parte, el vocero del Departamento de Estado Sean McCormack dijo que no había razón para que no participasen en la conferencia si realmente tienen interés en apoyar a Irak, al pueblo iraquí y su gobierno. “No es un tema entre Estados Unidos e Irán, es solamente acerca de Irak”, indicó, al señalar a periodistas que Washington no reconocerá ningún nexo entre el futuro de los cinco iraníes y la presencia de representantes de Teherán en las discusiones. McCormack indicó, por otro lado, que se sigue estudiando el pedido iraní para tener acceso a los detenidos.

Johndroe también rechazó denuncias de la televisora estatal iraní, que señaló que Estados Unidos torturó a un diplomático de Irán detenido hace dos meses en Irak. “Estados Unidos no estuvo involucrado en la detención y cualquier sugerencia de torturas no tiene fundamento”, declaró Johndroe, luego de que la televisora iraní mostrara imágenes de las heridas de Jalal Sharafi, las que probarían los maltratos estadounidenses.

Washington ha acusado reiteradamente a Irán de entrometerse en Irak, ayudar a las milicias y otras fuerzas que han atacado a las tropas estadounidenses desde la caída del régimen de Saddam Hussein hace cuatro años. Las fuerzas estadounidenses arrestaron a los cinco iraníes en una redada en el norte de Irak en enero, los acusó de tratar de agitar la situación en ese país y desde entonces los mantiene prisioneros. Irán dice que sus hombres eran diplomáticos que trabajaban en un consulado.

Irak anunció que la conferencia ministerial con sus países vecinos y potencias mundiales tendrá lugar en el hotel Red Sea en Charm el Cheij, en Egipto, el 3 y 4 de mayo. “Les dijimos a los funcionarios iraquíes que mientras los diplomáticos iraníes no sean liberados, la idea de que Irán asista a la conferencia junto a Estados Unidos enfrentará problemas serios y obstáculos”, dijo ayer el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi.

Teherán ha exigido repetidamente su liberación, a lo que Washington responde que debe primero realizarse una investigación. Hasta ahora, Estados Unidos no ha anunciado cargos formales contra los detenidos. En el caso de Sharafi, Washington ha negado cualquier involucramiento, y Johndroe saludó su liberación cuando fue anunciada el 3 de abril. La agencia de noticias oficial iraní IRNA dijo que Sharafi presentaba “agujeros de taladro en los pies, la nariz rota, heridas en el cuello y la espalda, una oreja dañada y sangrado por el estómago”. Flanqueado por un equipo de médicos, Sharafi, visiblemente agotado y enflaquecido, dio una conferencia de prensa sentado en una silla de ruedas en Irán. La televisión iraní mostró a Sharafi con heridas, cuando era visitado por el jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Irán, Peter Stocker.

“Estados Unidos, cuyos funcionarios hacen exigencias sobre derechos humanos, taladró hoyos en las piernas de Jalal Sharafi y hubo signos de daños en su nariz y cuello”, alegó la televisión.

La conferencia sobre Irak, la segunda luego de la celebrada en marzo en Bagdad, debería reunir a los vecinos a Irak, el G8 y los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.