EL MUNDO
Schroeder se adelanta para no quedar tan retrasado
A un mes y medio de las elecciones, el jefe de Gobierno alemán anticipó el comienzo de su campaña para la reelección, azuzado por los sondeos que lo ponen muy por detrás de Edmund Stoiber.
Por Lola Huete Machado*
Desde Berlín
Los pésimos resultados en las encuestas empujaron ayer a los socialdemócratas alemanes a adelantar 18 días lo que ellos llaman “zona caliente” de la campaña electoral. Los últimos escándalos políticos y económicos y las malas cifras sobre el paro (4,1 millones en julio, según anunciaron el sábado algunos medios de comunicación) parecen inclinar los votos hacia los democristianos. El próximo 22 de septiembre 61 millones de alemanes están llamados a las urnas para elegir a los 598 nuevos diputados de su Parlamento federal.
“Los datos demoscópicos no nos dejan indiferentes”, afirmó Franz Müntefering, secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD). “Pero no hay ninguna razón para ponerse nerviosos”, añadió Schroeder cuando supo ayer que, al menos en Berlín, cuenta aún con muchos partidarios. La firma Infratest predice en Berlín un 45 por ciento para el SPD, frente a un 41 por ciento para la Unión Cristiana Democrática (CDU).
La decisión de adelantar la campaña se tomó después de que saltaran las alarmas en la Willy Brandt Haus, la sede central del partido. Algunos de los sondeos dieron ese día al SPD por muerto si la CDU pactaba con el Partido Liberal (FDP). En todo el país los votos socialdemócratas no superan el 34 por ciento, frente al 41 por ciento de los democristianos. Los Verdes y los ex comunistas del PDS no rebasan el 6 por ciento. Las intenciones de voto a los partidos se han mantenido, pero con un dato importante: un 30 por ciento de indecisos. De nuevo Müntefering salió al paso de los malos presagios: “Vamos a luchar con fuerza para demostrar que la CDU representa un cambio a peor, un empobrecimiento social para nuestro país”.
Schroeder parece menos charlatán que de costumbre. Atrás, en la historia, quedaba su gran momento de crispación, cuando en apenas 50 segundos despidió indignado al entonces ministro de Defensa, Rudof Scharping, el pasado 18 de julio, por cobros ilegales. Los anteriores escándalos de su partido parecen recular, tapados por nuevos casos de corrupción. La atención popular y la agitación política se centra todavía en el asunto de los bonos aéreos gratuitos de Lufhansa, que afecta a todo el Parlamento. “La manera en la que todos estos asuntos están ocurriendo hace sospechar que detrás se esconden intereses políticos”, ha asegurado Schroeder. El presidente francés, Jacques Chirac, estuvo de visita en Alemania. La decisión tomada de trabajar juntos por Europa en los próximos meses, como si nada fuera a ocurrir en las elecciones, parece haber ayudado a restablecer el sentimiento de normalidad. Además, intelectuales y sindicatos han firmado comunicados e iniciativas de apoyo al Gobierno.
“No participaremos en ninguna aventura”, dijo Schroeder el viernes ante cualquier posible ataque a Irak, cuando la cúpula del SPD ya tenía decididos los puntos fuertes de su campaña. Los socialdemócratas defienden una política exterior razonable, el mantenimiento de los derechos de los trabajadores, una política justa de impuestos, y la lucha por el paro. “Un detalle más”, apuntó Müntefering, “Stoiber está equivocado: Alemania es socialdemócrata”.
Un total de 24 partidos políticos compiten en estas elecciones, las decimoterceras desde que se constituyó la República Federal, en 1949. Socialdemócratas (SPD), Verdes, liberales (FDP), ex comunistas (PDS) y la extrema derecha del NPD se presentan en los 16 estados federados alemanes. Los populistas del partido Schill (que gobierna en Hamburgo) y la democristiana CDU (ya que en Baviera sólo presentan sus aliados socialcristianos de la CSU) comparecen ante las urnas en 15 estados. Los principales temas de campaña pasan, si no hay sorpresas, por Irak, por la política familiar, el paro, la situación económica en el este del país, la inmigración y la educación. La mercadotecnia con siglas y eslóganes ya es abundante. Desde los grandes lemas, como Justicia y paz, del PDS; a los chistes agresivos de la CDU: “Cuatro millones de cancilleres” (en alusión al número de parados). Y también las distintas estrategias para acercarse al votante, como el Guidomobil, la camioneta del liberal Guido Westerwelle.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.