La derecha se impuso en Italia. La coalición que lidera el ex primer ministro Silvio Berlusconi ganó en 13 de las 26 ciudades en las que se elegían autoridades municipales, mientras que la alianza del actual premier Romano Prodi sólo logró quedarse con cinco distritos. En los ocho restantes deberán ir a la segunda vuelta. Aprovechando su victoria, los aliados de Berlusconi le pidieron al Profesor que dejara el gobierno y llamara a elecciones adelantadas. El premier se lamentó por la derrota, pero aseguró que continuará trabajando como hasta ahora. “Los resultados obtenidos eran esperados. Cuando se gobierna con seriedad es posible disgustar a los ciudadanos, pero no estoy contento con los resultados, especialmente en el norte”, reconoció.

Berlusconi recuperó su sonrisa ayer. “Toda Italia ha dado a Prodi una clara señal: el gobierno de la suba de impuestos debe irse a casa”, aseguró el líder de la Casa de las Libertades. La victoria más importante de la derecha tuvo lugar en Verona, donde su candidato venció al alcalde de centroizquierda con más del 60 por ciento de los votos. La coalición liderada por Berlusconi también derrotó a los alcaldes de las ciudades norteñas de Alessandria, Asit, Monza y Gorizia. La alianza gubernamental, en tanto, logró empatar en el resto del país e incluso anotarse algunas importantes victorias. La más notable fue en la ciudad de L’Aquila (centro), donde arrebató el poder a un alcalde de derecha. También lograron mantenerse en el poder en Génova y por primera vez desde la democracia en Agrigento, un feudo tradicional conservador de Sicilia. Por el contrario, en Taranto (sur), las divisiones de la coalición de centroizquierda forzaron una segunda vuelta entre dos candidatos del oficialismo.

Los analistas italianos sostenían ayer que la baja participación se debió a que muchos trabajadores fabriles optaron por no acudir a las urnas en los principales centros industriales del país, en el norte. Este sector del electorado apoya tradicionalmente a la centroizquierda. Ayer los principales dirigentes de La Unión reconocieron que las peores derrotas fueron en el norte. Sin embargo, los medios italianos aseguraban que los resultados electorales no tendrán una repercusión inmediata en la gobernabilidad nacional.

Prodi enfrenta dificultades desde hace varios meses. Según las encuestas, dos tercios de los italianos están decepcionados con su gobierno, mientras sus críticos lo acusan de no poder imponer sus reformas por su débil mayoría parlamentaria. Este es el verdadero problema que persigue al Profesor, que no ha logrado disciplinar a sus socios comunistas, que ya lo dejaron una vez al borde de la crisis. Ayer este sector le pidió a Prodi que cambie el rumbo político de la coalición.