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El cambio de mando en Colombia el miércoles 7 de agosto se dio en una situación de terror, con un espectacular ataque de la guerrilla en la capital que terminó con la vida de una veintena de personas y decenas de heridos. El comienzo de la gestión del duro Alvaro Uribe está signado ya por 100 muertes en los cuatro primeros días, en un marco de boicots, combates del Ejército con la insurgencia y entre las guerrillas con los paramilitares. Según una fuente cercana a la inteligencia colombiana, habrían sido 100 los misiles que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) intentaron utilizar el miércoles, y además existirían “fuertes indicadores” de que el IRA irlandés entrenó a las FARC para realizar esos ataques. Impertérrito ante el desafío guerrillero, Uribe ayer nombró una nueva cúpula castrense integrada por oficiales de línea dura. Solamente ayer hubo al menos 25 muertes, la mayoría de ellos paramilitares de ultraderecha.
Uribe, el disidente liberal que se ganó la silla presidencial con su retórica de mano dura, nombró como comandante de las Fuerzas Militares al general Jorge Mora y como jefe del Ejército al general Carlos Ospina, dos furibundos anticomunistas. Además, ratificó al general Héctor Velasco como comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y al almirante Mauricio Soto al frente de la Armada, y designó al general Euclides Sánchez como jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, informó la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez. Velasco, Soto y Sánchez también son reconocidos por compartir la posición dura de Mora y Ospina ante los grupos insurgentes. Con respecto a la violenta jornada de la asunción de Uribe, las autoridades colombianas dicen tener “fuertes indicios” de que miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA) entrenaron a los rebeldes de las FARC para el ataque dinamitero del pasado miércoles en Bogotá, dijo una fuente anónima cercana a la investigación. Actualmente el servicio colombiano de inteligencia está en contacto con los británicos para precisar la participación del IRA en la campaña dinamitera, que dejó 21 muertos y unos 50 heridos. Además, decenas de rebeldes de las FARC planeaban lanzar el pasado miércoles unos cien morteros caseros sobre el Palacio de Gobierno y la sede del Congreso de Colombia, mientras asumía el presidente Alvaro Uribe, según señaló una fuente del servicio secreto (DAS) cercana a la investigación.
Ayer, fueron por lo menos 25 los muertos y 30 los heridos que dejaron los ataques de rebeldes y combates entre el Ejército y grupos de ultraderecha paramilitar ocurridos en distintas regiones de Colombia, informaron ayer las autoridades. El mayor número de víctimas se registró cerca del municipio de Segovia (noroeste), donde miembros de la Decimocuarta Brigada militar abatieron a unos 20 paramilitares, según informó el comandante de la Segunda División de Ejército, general Martín Carreño. Los choques se desarrollaron durante la noche del viernes en una zona conocida como Los Patios, jurisdicción de Segovia. Carreño aseguró que 15 paramilitares resultaron heridos. Otros nueve paramilitares fueron detenidos. Además, cuatro policías murieron y ocho personas heridas en ataques con explosivos perpetrados el viernes por supuestos rebeldes de las FARC en los departamentos de Casanare y Arauca.
Otros cuatro efectivos militares fueron heridos ayer cuando presuntos rebeldes de las FARC detonaron un explosivo al paso del vehículo en el que se desplazaban por una vía que une a las ciudades de Mocoa y Pasto (sur), donde se encontraba de visita el presidente Uribe. El artefacto fue activado en un sitio conocido como Puente Dolores, distante a cuatro kilómetros de Pasto, la capital del departamento de Nariño, dijo el director del servicio secreto (DAS) en esa región, coronel Rodrigo Posada.
Allí, el flamante jefe de gobierno anunció un plan para sustituir cultivos de coca por bosques nativos en el conflictivo departamento de Putumayo (sur, frontera con Ecuador y Perú) y llamó a la comunidad internacional a financiar ese programa. “Vamos a pagar cinco millones de pesos (2000 dólares) anuales a cada familia que voluntariamente erradique su cultivo artesanal de coca (la materia prima de la cocaína), siembre bosque y garantice su protección”.
Uribe hizo el anuncio en el marco de un consejo comunal de Gobierno en la ciudad de Pasto, advirtiendo la necesidad de erradicar la droga y restablecer el bosque nativo en Colombia, y explicó que la labor de sustitución de cultivos será coordinada por las autoridades de Putumayo, el ministerio del Medio Ambiente y el Plan Colombia de lucha antidrogas, al que Estados Unidos aporta 1300 millones de dólares en ayuda económica y militar. Uribe insistió que “debemos convencer a la comunidad de naciones de que es muy importante para todo el planeta pagarles a los campesinos para que erradiquen droga y cuiden el bosque amazónico”.