EL MUNDO › UNO DE LOS PRINCIPALES COLABORADORES DE SADDAM

Alí el Químico va a la horca

La Corte Suprema iraquí confirmó la pena de muerte contra Alí el Químico, el primo de Saddam Hussein y uno de sus principales colaboradores cuando éste controlaba el país. Había sido condenado, junto con otras dos primeras figuras del régimen, por genocidio y crímenes contra la humanidad hace apenas dos meses. “Miles de personas murieron, desaparecieron y tuvieron que abandonar sus casas”, había señalado el juez del caso, Mohammed al Oreibi al Jalifa, cuando pronunció la sentencia de muerte contra los tres hombres. La Justicia iraquí todavía no puso una fecha para las ejecuciones, pero se sabe que no podrán retrasarse más de 30 días.

Los tres condenados son Alí Hassan al Majid, más conocido como Alí el Químico, el sultán Hashim al Tai y Hussein Rashid al Tikriti. Tai fue uno de los ministros de Defensa del régimen de Saddam Hussein y Tikriti fue el vicerresponsable de las operaciones de las fuerzas armadas del ex presidente iraquí. Los tres hombres fueron condenados el 24 de junio pasado por la masacre de 182 mil kurdos iraquíes en la campaña denominada Anfal en 1987 y 1988 en el norte del país. En aquel momento, el régimen de Hu-ssein justificó la campaña militar contra la minoría kurda asegurando que fue una operación necesaria para combatir a los insurgentes durante los ocho años de guerra entre Irak e Irán. Esa operación no sólo incluyó ataques a la región del Kurdistán, sino también bombardeos aéreos sistemáticos, ataques con sustancias tóxicas, ejecuciones y deportaciones masivas y la creación de campos de concentración que duraron varios años.

En ningún momento, ni Alí el Químico ni sus compañeros se mostraron arrepentidos. “No me defenderé. No pediré perdón. No cometí ningún error”, aseguró el primo del hombre que dominó con mano de hierro durante décadas. Hicieron lo mismo en el otro juicio que están enfrentando por la brutal represión de una revuelta chiíta en el sur de Irak en 1991. Seguramente los tres acusados serían condenados en ese caso también. Sin embargo, sus ejecuciones en las próximas semanas pondrán fin a todo el proceso. Lo mismo sucedió con Saddam Hu-ssein, quien fue ahorcado en la víspera del último año nuevo. El ex presidente iraquí, derrocado en 2003 por las fuerzas de ocupación lideradas por Estados Unidos, fue condenado a muerte por la masacre de 148 campesinos chiítas en Dujail. Hu-ssein había lanzado esa ofensiva en represalia a un fallido atentado contra su convoy en julio de 1982.

Además del ex mandatario, Barzan Ibrahim al Hasan, uno de sus tres hermanastros y consejero presidencial, y Awad Ahmed al Bandar, ex presidente del Tribunal Revolucionario, también fueron condenados a muerte por esa masacre. Los dos fueron ahorcados dos semanas después. El ex vicepresidente de Hu-ssein, Taha Yassin Ramadan, también sufrió la misma suerte dos meses después.

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