Sábado, 22 de septiembre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › DERROTAS DEMOCRATAS EN EL CONGRESO TRAS EL INFORME DE PETRAEUS
Los demócratas sufrieron dos derrotas seguidas en el Congreso, una semana después de que el comandante estadounidense en Irak, David Petraeus, presentara su informe sobre la guerra ante el Capitolio. A pesar de las críticas que llovieron después del informe y del discurso de George Bush, lo cierto es que el anuncio de la primera retirada parcial de las tropas cambió el ánimo entre los legisladores. Esta semana la oposición no logró ni siquiera reunir todos los votos de su partido para aprobar dos leyes para reducir el número de soldados desplegados en Irak y los fondos destinados para la guerra.
Ayer el Senado bloqueó un proyecto de ley que exigía una retirada militar total de Irak en un plazo de nueve meses. El plan era cortar la financiación para junio de 2008, fecha que ya había elegido el presidente Bush para finalizar la retirada de los primeros 30 mil soldados. La iniciativa había sido impulsada por el senador demócrata Carl Levin y contaba con el apoyo de las principales figuras del partido. Sin embargo, sus correligionarios no lo acompañaron como venían haciendo en los últimos meses. El resultado fue un empatado 47-47 con seis abstenciones –13 votos menos de lo que necesitaban para que el proyecto pasara a la Cámara de Representantes–. Sólo 44 de los 50 senadores demócratas apoyaron la iniciativa de Levin. Además, de los republicanos que habían logrado atraer a sus esfuerzos contra la guerra ayer sólo los seguían apoyando tres. A medida que las votaciones avanzaron, el horizonte de los demócratas se oscureció aún más. la votación final, después de horas de negociación, fue un lapidario 70-28, con dos abstenciones.
Después de la primera votación, el líder de la Cámara Harry Reid se había mostrado optimista. “Puede haber luz al final de este largo y oscuro túnel,” aseguró el demócrata al conocer el empate. La actitud del senador no era inexpicable. En los últimos meses habían cosechados numerosas victorias, aprobando enmiendas que limitaban o condicionaban la financiación de la guerra. Aunque estos proyectos de ley nunca prosperaron debido al veto presidencial de Bush, sí habían comenzado a crear un clima opositor en el Capitolio, que estaba contagiando a parte de la bancada republicana.
Ese clima podría haber comenzado a quebrarse con el discurso de Bush de la semana pasada y la reafirmación de que, mientras esté en el poder, nada de fondo cambiará en la guerra. La primera señal se vio el miércoles cuando los demócratas no lograron conseguir aprobar un proyecto de ley que buscaba restringir el número de tropas en Irak, al obligar a que todos los soldados pasen el mismo tiempo en casa de lo que sirvieron en el Golfo Pérsico. De esa manera, el Mando Conjunto rápidamente vería asfixiadas sus reservas y debería plantear una reducción del contingente militar desplegado.
La votación resultó en un 56-44 en contra de la iniciativa, que meses antes había conseguido un mayoría apenas inferior a los 60 votos que necesitaba para ser aprobada. Según registraron los medios estadounidenses, 18 demócratas rechazaron el proyecto de ley de su correligionario, Jim Webb, en lo que se convirtió en la mayor ruptura de la bancada opositora desde que recuperaron el control de la cámara a fines del año pasado.
Minutos después de esa derrota, los senadores le dejaban claro que algo había cambiado. Con un contundente 72-25 repudiaban un aviso, publicado la semana pasada en el diario The New York Times, que criticaba duramente el informe de Petraeus.
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