Miércoles, 31 de octubre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › NO QUIERE QUE VENEZUELA INGRESE EN EL MERCOSUR
Mientras avanza en el Congreso brasileño el pedido de Venezuela para incorporarse al Mercosur, crece la resistencia de un sector del Parlamento brasileño. Esta semana se sumó al sector crítico un senador clave, paradójicamente aliado al Planalto.
Fue el ex presidente y legislador brasileño José Sarney quien cargó el lunes contra el presidente venezolano Hugo Chávez. No sólo lo acusó de poner en marcha una carrera armamentista en el continente, sino que además el presidente de Brasil entre 1985 y 1990 sugirió rechazar en el Senado el ingreso de Venezuela al bloque conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. “Es un peligro para Brasil y para América latina que tengamos una potencia militar instalada en el continente. Si no tenemos recursos presupuestarios para destinar a las fuerzas militares –ni Brasil ni los demás países de América latina–, una carrera armamentista nos obligaría a desviarnos de nuestro camino de invertir en el área social para crear un equilibrio militar”, señaló el ex mandatario.
En tanto, todavía se desconoce cómo va a terminar esta historia, pese a que la semana pasada la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados aprobó la adhesión de Venezuela al Mercosur. La ratificación del documento enviado por el Ejecutivo ahora deberá pasar por otra comisión de diputados donde se calcula que sería aprobada esta semana, quizás hoy, si la comisión sesiona. El centro del conflicto, en cambio, será el Senado, donde la resolución que espera Chávez podría trabarse en alguna de las dos comisiones o en el plenario final de la Cámara alta.
Es que Sarney no es un senador más, sino que integra el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la principal fuerza de la coalición oficialista, y es uno de los principales amigos del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. La historia también le da crédito a Sarney, que junto al ex presidente argentino Raúl Alfonsín, fue el artífice de la alianza entre los dos antiguos rivales sudamericanos para fundar el Mercosur.
“Si nos llega el pedido de ingreso de Venezuela en el Mercosur, debemos examinar si ese país está realmente cumpliendo los ítems fundamentales del Mercosur”, sostuvo el senador, quien aseguró que Chávez invirtió hasta ahora 4000 millones de dólares en la compra de aviones, buques y fusiles.
Sin embargo, tanto Colombia, con apoyo de Estados Unidos, como Brasil superan a Venezuela en gasto militar, según cifras de la CIA norteamericana. En los tres países rige el sistema de servicio militar obligatorio, abolido en la Argentina.
“Nosotros ya lo vimos diciendo que Venezuela es la mejor democracia del mundo. ¡Qué democracia están construyendo! Alcanza con mirar lo que se hace en relación con las armas y las instituciones para que podamos tener preocupaciones”, dijo Sarney en un discurso que contribuye a agudizar las tensiones entre el Congreso brasileño y el gobierno de Chávez, cuyas relaciones se deterioraron desde que Caracas se negó a renovar la licencia de emisión del canal televisivo privado RCTV.
Ante el rearme de Venezuela, sectores antichavistas de Brasil estarían enfocándose en el aspecto militar de Caracas como pretexto para obstaculizar su participación en el Mercosur, pero también para favorecer al lobby militar de Brasil.
Chávez había anunciado en septiembre que si no se aprobaba la entrada de Venezuela al Mercosur antes de fin de año, el país caribeño retiraría su solicitud de ingreso.
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