Miércoles, 31 de octubre de 2007 | Hoy
En el primer acto en la Casa Rosada después de las elecciones, prevaleció el clima festivo. El Presidente hizo bromas y dijo que se sentía feliz. Cristina Fernández participó del acto pero no habló.
Por Fernando Cibeira
El locutor oficial los presentó como si fuera la voz del estadio: “Hacen su ingreso el señor presidente de la Nación, doctor Néstor Carlos Kirchner, y la senadora nacional y presidenta de la Nación electa, Cristina Fernández de Kirchner”. La platea tapó la voz con el aplauso, en la primera aparición de ambos luego del triunfo electoral. Fue un acto en la Casa Rosada para anunciar obras en La Matanza, pero se terminó convirtiendo en una prolongación de los festejos del domingo. Cristina Kirchner no habló pero sí el Presidente, quien dijo sentir “una gran felicidad” y bromeó sobre su futuro: “Me voy a ir a un café literario”.
“La verdad que en esta mesa sólo hay dos que no somos electos (Carlos) Zannini y yo”, arrancó Kirchner. Allí estaba la fórmula bonaerense electa –compuesta por el vicepresidente Daniel Scioli y el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini– y el diputado electo Felipe Solá, actual gobernador. Pero la referencia presidencial era errónea porque también estaba el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que no compitió el domingo y para peor su candidato en Quilmes, Sergio Villordo, perdió sorpresivamente la intendencia en manos del diputado Francisco “Barba” Gutiérrez.
“Cristina va a ser una gran presidenta. Ella va a expresar la continuidad dentro del cambio que necesita el país. Vamos a trabajar todos juntos para que el de Cristina sea el mejor de todos los gobiernos desde el ’83”, arengó el Presidente. Se mostró distendido frente a un público en el que se mezclaban varios intendentes del conurbano reelectos y algunos simplemente electos. Entre los integrantes del primer pelotón estaban los intendentes de Merlo, Raúl Othacehé; de Hurlingham, Luis Acuña; de Ezeiza, Alejandro Granados; de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez, y de Lomas de Zamora, Jorge Rossi, entre otros. Entre los electos, más sonrientes aún que los anteriores, se ubicaban Fernando Gray, ganador en Esteban Echeverría; Pablo Bruera, en La Plata, y Darío Díaz Pérez, el kirchnerista que desbancó a Manolo Quindimil en Lanús.
La obra que se presentó fue una convocatoria a licitación de la ampliación de la planta depuradora para tratar afluentes cloacales en la cuenca de La Matanza. Por eso, el primero en hablar fue el intendente matancero Fernando Espinoza, eufórico por su reelección y por la obra. “Gracias totales por cumplir con la palabra, Presidente”, saludó Espinoza a Kirchner al estilo Soda Stereo.
Felipe Solá reiteró en varias ocasiones que se trataba de “una tarde muy especial”. “Estamos todos muy contentos, señor Presidente”, sostuvo el gobernador, seguramente en referencia al caudal decisivo de votos obtenido por el oficialismo en la provincia de Buenos Aires. Solá dijo sentirse embargado por “una sensación peligrosa, que es la del deber cumplido”.
Hay versiones sobre el futuro de Solá para todos los gustos. Hay quienes lo ven como futuro presidente de la Cámara de Diputados –un cargo que por tradición suele ocupar un representante de la provincia de Buenos Aires–, otros le dan chances para el gabinete y los menos lo imaginan diputado raso. Cerca de Solá dijeron que las decisiones correspondían a la presidenta electa.
Kirchner habló unos pocos minutos. “Estamos muy contentos, con mucha paz”, dijo, y manifestó un “profundo agradecimiento al pueblo argentino, que se expresó democráticamente”. Destacó que el anuncio de obras para La Matanza “no lo hicimos ni el viernes ni el sábado, sino después de las elecciones; eso demuestra claridad en nuestros principios”. También felicitó a los intendentes y afirmó que “tengo una profunda fe en la tarea que van a llevar adelante Daniel (Scioli) y Alberto (Balestrini)” al frente de la gobernación en la provincia de Buenos Aires.
Cerró con la broma. Dijo que había visto el reportaje que le habían hecho a su esposa el lunes por televisión. “Veo que le preguntan qué va a hacer con Kirchner”, y respondió: “Me voy a ir a un café literario”.
Del acto, Kirchner y Cristina Fernández se fueron derecho a Olivos. Poco después, la presidenta electa dio una nueva entrevista televisiva, esta vez a la cadena CNN en español. Según la versión que circuló ayer en la Casa de Gobierno, el Presidente y su esposa podrían ir unos días a descansar a El Calafate. La semana que viene tienen previsto participar de la Cumbre Iberoamericana que se realizará en Santiago de Chile, en lo que será la primera salida al exterior de Cristina como presidenta electa.
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