EL MUNDO
Tratando de vencer a los etarras con una simple orden de desalojo
La policía vasca evacuó ayer los locales de Batasuna, brazo político de la ETA, un día después de que la formación fuera ilegalizada. Batasuna dijo que apelará y no entrará en la clandestinidad.
Con la espuma de la rabia en la boca pero sin provocar demasiados incidentes, los dirigentes y simpatizantes de Batasuna, el ex brazo político de la organización separatista vasca ETA, abandonaron sus sedes partidarias en el País Vasco, luego de que la Ertzaintza (policía vasca) hiciera ayer efectiva la decisión del juez español Baltasar Garzón de desalojar los locales del partido tras su ilegalización. El gobierno norteamericano apoyó al español en su “lucha contra el terrorismo”. Batasuna obtuvo un respaldo más modesto, el del ex presidente italiano Francesco Cossiga, quien calificó al gobierno español de “franquista” y al juez Garzón de “stalinista”.
El portavoz de Batasuna en el País Vasco francés, Xabi Larralde, aseguró ayer en Bayona que el partido no pasará a la clandestinidad y que habrá dos manifestaciones a favor de Batasuna: una hoy por la noche en Bayona y otra el 7 de septiembre en Bilbao. En un comunicado, la ETA dijo que si la ilegalización de Batasuna se hace efectiva, recrudecerán los atentados. “Los fascistas españoles son tan obtusos mentales que piensan que, después de dos siglos de presión y de represión, van a aniquilar las ansias de libertad del pueblo vasco”, bramó el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, después de ser desalojado, junto a unas 100 personas, del local del partido en Bilbao, en una medida que dejó un herido leve por los forcejeos que se produjeron. “Los vascos se acordarán de esta jornada como el día en que el Estado franquista se sacó la máscara”, sentenció por su parte Joseba Permach, uno de los principales dirigentes del partido. “Las cintas de clausura están escritas en español, la policía vasca que vino a colocarlas piensa en español, el gobierno vasco que la envió piensa en español y dice que respetará la ley española, pero nosotros representamos un proyecto para la independencia del País Vasco, para la paz y la libertad”, aseguró. Otegi cargó también contra los nacionalistas vascos moderados: “Ibarretxe (presidente del gobierno regional) está haciendo negocio con el Estado español mientras que con nosotros usa el insulto, la calumnia y en definitiva, la agresión”.
La policía vasca comenzó el desalojo de las sedes partidarias en Vitoria, la capital administrativa del País Vasco, hacia las 16.30 hora local. “No pudimos empezar antes por falta de medios materiales y humanos”, dijo el portavoz del gobierno regional, Josu Jon Imaz. Luego fue el turno de Bilbao y poco después, hacia las nueve de la noche y en medio de una lluvia torrencial, los policías vascos entraron en el local de Batasuna en San Sebastián. En Navarra, región que los separatistas vascos reclaman como perteneciente al País Vasco pero que no forma parte de él, el cierre de la sede del partido fue encabezada por la policía y la Guardia Civil española.
La aplicación de las ordenanzas judiciales se produce al día siguiente de que los diputados españoles apoyaran masivamente un pedido de ilegalización de Batasuna, a la que acusan de actuar “contra los principios democráticos” por medio de una “actividad que busca legitimar y justificar tanto la existencia como las acciones delictivas de la banda terrorista ETA”. La votación tuvo un toque de grotesco, ya que el canciller Josep Piqué se equivocó de palanca de votación y, en lugar de pulsar la del “sí”, apretó la de “abstención”. Sólo los cargos electos de Batasuna (siete diputados regionales, 890 concejales y 62 alcaldes) quedan en pie. El partido obtuvo el 10 por ciento de los votos en las elecciones regionales pasadas.