La presidenta chilena Michelle Bachelet respondió a las presiones dentro de su coalición. Anoche remplazó a cinco de sus ministros, incluidos el de Interior y el de Economía, tras múltiples reuniones con líderes de la alianza oficialista. La presidenta venía con mala racha: a menos de un mes de perder el control del Senado, sufrió ayer un revés similar en Diputados. Cinco diputados renunciaron a la oficialista Democracia Cristiana (DC) y se unieron al grupo disidente liderado por el senador Adolfo Zaldívar, el ex líder de la DC expulsado en diciembre pasado. Este pase no sólo acentúa el desgaste de la mandataria, sino que marca un hito que ya preocupa a más de un dirigente en la Concertación. Por primera vez desde la vuelta de la democracia, el gobierno chileno no manejará ninguna de las dos Cámaras del Congreso.

A menos de una semana del receso de verano, el grupo disidente de la DC conocido como Los Colorines dio el batacazo que el gobierno tanto temía. Las renuncias de los diputados Jaime Mulet, Alejandra Sepúlveda, Pedro Araya, Eduardo Díaz y Carlos Olivares dejaron al oficialismo con sólo 57 de las 120 bancas de la Cámara Baja –que se elevaría a 59 con el apoyo de dos independientes afines–. La oposición, dividida, se queda con el resto del semicírculo. La Alianza, coalición que nuclea a los tradicionales partidos de la derecha, la Unión Democrática Independiente y Renovación Nacional, conserva sus 54 bancas, mientras que el nuevo bloque independiente de los cinco ex DC se podría unir a otros dos diputados que también dejaron las filas del oficialismo recientemente.

La nueva bancada independiente ya advirtió que después de las vacaciones impulsará un cambio de las autoridades de la Cámara. “Cambiamos la correlación de fuerzas”, se congratuló el diputado Mulet. “Pero nosotros seguimos siendo parlamentarios demócratas, cristianos y progresistas”, agregó, descartando cualquier coalición con la oposición de derecha. “Sabemos que la Alianza nos hace guiños, pero también sabemos que la Alianza no es progresista”, sostuvo. Pero aun si algunos de los nuevos diputados independientes votaran individualmente y apoyaran al gobierno, el resultado estaría muy cerca de un empate y, en Chile, no existe el desempate. Si no hay mayoría, la ley muere.

El nuevo diputado independiente aseguró que están dispuestos a negociar con la bancada oficialista y que apoyarán todos los proyectos “progresistas” que presenten. A fines de año, este grupo de legisladores hizo naufragar la iniciativa de Bachelet para refinanciar el Transantiago, la mancha negra en su currículum presidencial. A principios de 2007, la mandataria puso en funcionamiento en la capital un nuevo sistema de transporte, que produjo más problemas que soluciones. Bajo la lluvia de críticas de aliados y rivales, el gobierno intentó inyectar millones de dólares de las arcas públicas para poner fin, de una vez por todas, a las largas colas, constantes demoras y las protestas. Mulet, como sus compañeros, rechazaron el proyecto porque ponía todo el peso sobre el Estado, quitándoles toda responsabilidad a los empresarios.

A última hora, la mandataria anunció cambios en su gabinete. El nuevo ministro del Interior es Edmundo Pérez Yoma, que reemplaza a Belisario Velasco. Van en Economía, Hugo Lavados; en Minería asumió Santiago González; en Obras Públicas, Sergio Bitar; en Agricultura, Marigen Hornkohl.