Sábado, 19 de enero de 2008 | Hoy
EL MUNDO › TESTIMONIO JUDICIAL DEL PRIMER MINISTRO PERUANO DEL CASTILLO
Por Carlos Noriega
desde Lima
El primer ministro Jorge Del Castillo declaró ayer como testigo en el juicio contra el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) por violación de los derechos humanos y acusó a su gobierno de haber intentado asesinar en 1992 al actual presidente Alan García. Aseguró que esa operación habría sido ejecutada por miembros del escuadrón de la muerte Colina. Fujimori, sentado frente al primer ministro, lo miraba serio, imperturbable. Del Castillo, quien fue detenido la noche del golpe fujimorista del 5 de abril de 1992, entregó al tribunal una copia de una orden para detener a una serie de dirigentes políticos, sindicales y sociales, así como periodistas, durante el golpe de 1992, que estaba firmada por el entonces comandante general del ejército, general Nicolás Hermoza, en la que se indica que Hermoza firma por “órdenes superiores”, lo cual, señaló el actual primer ministro, sólo se puede referir al entonces presidente Fujimori, quien ha asegurado que no ordenó las detenciones ilegales por las que se le acusa.
El jefe del Gabinete de Alan García también acusó al gobierno fujimorista de haber sido un “narcoestado” y recordó los vínculos de Vladimiro Montesinos, el brazo derecho de Fujimori, con el narcotráfico y los escándalos por el hallazgo de cocaína en el avión presidencial y en buques de la Marina de Guerra durante el gobierno de Fujimori.
Al final de la tarde, varias horas después de que Del Castillo había abandonado el tribunal, Fujimori pidió la palabra para decir que él no había ordenado matar a García. Sin embargo, su ex esposa, Susana Higuchi, ha asegurado, en un testimonio ante otro tribunal, que dos días antes del golpe escuchó una conversación entre su ex esposo, Montesinos y el jefe del Servicio de Inteligencia del ejército, en la que hablaban de eliminar a García. El abogado de Fujimori, César Nakasaki, no cuestionó el testimonio del primer ministro y prefirió interrogarlo sobre las acciones cometidas por el escuadrón de la muerte Comando Rodrigo Franco, que operó durante el primer gobierno de García (1985-90). Visiblemente incómodo, el primer ministro se negó a responder y ante la insistencia en la pregunta se limitó a decir: “No existió ningún grupo de aniquilamiento entre 1985 y 1990”. Sin embargo, la existencia y las ejecuciones extrajudiciales del Comando Rodrigo Franco han sido acreditados por una comisión investigadora del Congreso a fines de los años ’80 y por la Comisión de la Verdad que emitió un informe en 2003.
Del Castillo comenzó su relato contando que la noche del golpe de 1992 se encontraba en la casa de Alan García, cuando los policías que custodiaban la vivienda, ubicada en un exclusivo barrio residencial de Lima, a pocas calles del cuartel general del ejército, entraron con rostro muy preocupado para avisarles que los militares estaban comenzando a rodear la zona. “Por un altavoz exigieron que Alan García saliera a la calle con las manos en alto. Desde dentro de la casa respondimos disparando al aire. Ellos dispararon contra la fachada de la casa. Eso ocurría mientras Fujimori daba su mensaje anunciado el golpe”, recordó Del Castillo. “Alan García –continuó el primer ministro– tomó dos pistolas y salió de la casa trepando el muro de la parte posterior. Yo me quedé para ganar tiempo mientras él se ponía a salvo. Alan García me llamó por un teléfono celular y me dijo que estaba en un lugar seguro y que ya podía abrir la puerta.” Los militares, que llevaban pasamontañas, entraron en la casa violentamente, desarmaron a los policías y pusieron a todos contra una pared. Revisaron toda la casa. “Me tiraron al suelo, me amenazaron y me golpearon, mientras me preguntaban donde estaba Alan García. El objetivo era asesinarlo.” Del Castillo fue encapuchado y sacado de la casa. Lo metieron a un vehículo y lo llevaron hasta un cuartel del ejército. “Durante todo el trayecto me amenazaban y me apuntaban con un arma a la cabeza. Pensé que me iban a matar y tirar del vehículo. Me pusieron en un cuarto que tenía las ventanas tapadas. Estuve incomunicado. Las autoridades le negaron a mi familia que yo hubiera sido detenido.” Cuatro días después, en la madrugada del diez de abril, Del Castillo fue liberado.
Alan García permaneció en la clandestinidad hasta el 1º de junio de 1992, cuando pidió asiló en la embajada de Colombia y viajó a Bogotá. Del Castillo denunció ante los jueces que el gobierno de Fujimori envió a Colombia al mayor Santiago Martín Rivas, jefe operativo del escuadrón de la muerte Colina, con la intención de seguir a García y eventualmente asesinarlo. “Por eso (García) se fue a Francia”, señaló el primer ministro.
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