Sábado, 19 de enero de 2008 | Hoy
EL PAíS › DOS MARCHAS Y NUEVAS AMENAZAS DE MEDIDAS DE FUERZA DE LOS MUNICIPALES
El gobierno porteño se dedicó ayer a hablar sobre las dos manifestaciones realizadas por grupos piqueteros y a discutir con el gobierno nacional por el traspaso de la policía. Pero también tuvo que enfrentar una nueva amenaza de los municipales, a quienes llamaron a una reunión para el lunes.
Por Werner Pertot
Cuando Mauricio Macri empezaba a recuperarse del fallo a favor de ATE que ordenó reincorporar a los 2400 despedidos, se le abrieron dos nuevos frentes de conflicto: por un lado, dos grupos piqueteros marcharon para cuestionar las restricciones que impulsa a la protesta callejera y, por otro, Sutecba consideró que era su turno para contragolpear. El sindicato de Amadeo Genta lo acusó de violar el acuerdo al que llegaron y por el que se levantaron los paros. Y, de yapa, reclamaron que se convoque a paritarias. “Si no hay avances, el lunes que viene anunciaremos nuevamente medidas de fuerza”, indicó a Página/12 el vocero del gremio, Enrique Pistoletti. Los macristas, que concentraron su atención en las marchas y en la disputa por la policía, lo interpretaron como una salida pour la galerie dentro de una interna con ATE. De todas formas, los funcionarios de Hacienda tendrán un encuentro con Genta el lunes para seguir negociando.
La totalidad de los funcionarios macristas hizo foco en la protesta callejera y ninguneó el planteo de Sutecba. Además de que cerca del Jefe piensan que lo del sindicalista es un bleuff, los impulsa la conveniencia de discutir los piquetes como parte de su disputa con el gobierno nacional para obtener el traspaso de la policía, con los codiciados fondos.
De hecho, los funcionarios de uno y otro lado de Plaza de Mayo se disputaron la respuesta a los cortes de calle. “Se ha dado una falsa disyuntiva entre aplicar mano dura o no hacer nada y dejar que siga el caos”, consideró el secretario general porteño, Marcos Peña. También salió a hablar el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, quien es –a fin de cuentas– el que lleva la negociación con el kirchnerismo. Su planteo fue, por lo tanto, muy moderado. Se limitó a señalar que no intentan “criminalizar la protesta”, sino “ordenarla”.
“Toda la ciudadanía está muy cansada de esa falta de respeto que significan los cortes de calles”, interpretó Peña. Desde el kirchnerismo, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, respondió que no avalan “ni cortes, ni palos” (ver aparte) y rápidamente aseguró que le traspasarán la policía con fondos “si hay acuerdo de todas las provincias”. Algo que sabe que no va a ocurrir. “Macri se la pasó diciendo en la campaña que iba a dedicar 20 puntos a la seguridad, lo que serían 2600 millones, y con eso podría pagar la policía”, ironizó el jefe de Gabinete. Desde PRO, le respondieron que “no conoce el presupuesto”.
En cambio, los macristas se mostraron encantados con Raúl Castells y hasta lo pusieron como una especie de ejemplo del pequeño piquetero ilustrado por no cortar calles ni llevar palos y capuchas. “Lo más importante es que da la sensación de que Castells tiene la intención de respetar el Código de Convivencia”, consideró Peña, elogioso hasta la desesperación del dirigente, quien hizo todo lo posible por tomar distancia y cuestionar a Macri como “burócrata del Estado”.
Otro al que le tocó recibir el abrazo del oso fue el eterno secretario general de Sutecba, Amadeo Genta (aunque en su caso, habría que ver quién es el oso). En la disputa con ATE, Macri lo elogió. “Es otro tipo de gente en términos de hacer política. Es gente con olfato que hace años que está en la conducción”, había dicho el Jefe sobre Genta y Patricio Datarmini, que sigue siendo el presidente de Obsba a pesar de que está intervenida. Conserva su cargo gracias al segundo fallo de la jueza Elena Liberatori. Su Señoría rechazó ayer la recusación del macrismo, que será resuelta por la Cámara de Apelaciones.
Si Macri esperaba una respuesta similar de Genta, descubrió que el amor no es correspondido. El titular del gremio denunció mediante una solicitada que no fue convocado para iniciar el censo de contratados y trabajadores de planta permanente. “La falta de previsión de las autoridades que primero anunciaron despidos y luego reconocieron la necesidad del censo demuestra el grado de improvisación cuyas consecuencias afectan tanto a los trabajadores como a los ciudadanos”, fustigó Genta, quien criticó a Macri porque no se están revisando los 2400 despidos, algo que para el gremio estaba en “el espíritu del texto”.
“Más allá del elogio sutil del ingeniero Macri a Genta y Datarmini, las negociaciones están obstruidas”, advirtió Pistoletti a Página/12, quien destacó que a los reincorporados no se les están asignando tareas. Algo que para los sindicalistas constituye una violación a la legislación laboral. Los dirigentes de Sutecba recibieron ayer al filo de la madrugada un pedido que provino del ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, para esperar hasta el lunes y tener una nueva reunión. Pistoletti remarcó que si no tenían una avance claro con respecto a los contratados, anunciarán “inevitablemente” una nueva serie de paros y movilizaciones. “Veremos qué nos dicen el lunes”, dijo.
El sindicato también denunció el “traslado indiscriminado y sin causa a situación de disponibilidad” de 200 trabajadores de planta permanente, y que esas medidas incluyeron a delegados protegidos por sus fueros. Aseguraron que hay, entre ellos, 70 empleados de planta de la Agencia de Control Comunal, que conduce Federico Young, quien se hizo conocido por organizar seminarios con la activista procastrense Cecilia Pando. “La medida incluyó a seis delegados, por lo que sobrepasan los fueros gremiales. Por eso, hicimos una presentación en el Ministerio de Trabajo”, detalló Pistoletti. Por su parte, ATE ya había denunciado que entre los 2400 despedidos hay una delegada de ese gremio.
A diferencia de cuando salieron los tres fallos de la jueza Liberatori, Macri no se reunió con su entorno a analizar el reclamo de Sutecba, ni ningún ministro se dignó referirse al tema. Un funcionario planteó ante este diario que “están protestando por adelantado, porque el censo va a ser recién en marzo”. La sensación general en el entorno del Jefe era que Genta anunció esa medida como una forma de recuperar espacio político frente a ATE, que lo corrió con el fallo que les permitió volver a los despedidos. “En el acta que firmaron con nosotros, dejaron afuera a los 2400. Los en-tre-ga-ron. Y después ATE los embocó con el fallo. A nosotros nos sorprendió, pero a ellos, mucho más”, explicaba un allegado del jefe de Gobierno. “Es como si Colegiales le hubiera ganado a Boca”, graficaba otro contertulio del Jefe, que descartaba que vaya a haber ningún paro la semana que viene. Pese a los cortes y el conflicto sindical, no había demasiada preocupación. Después de todo, para Macri no hay enemigos más deseables que Genta y Castells.
Las represalias en política son moneda corriente. Por eso una docena de empleados que trabajaban en el Ministerio de Derechos Humanos y Sociales con la ex ministra y actual legisladora Gabriela Cerruti y que siguen en funciones en el Ministerio de Desarrollo Social, temieron ser despedidos como consecuencia de la denuncia de su ex jefa sobre el contratista y funcionario ad honorem de la Jefatura de Gobierno porteña Nicolás Caputo. Cerruti pidió a la Auditoría General de la Ciudad que analice si existe incompatibilidad en el nombramiento de este empresario que, a su vez, es contratista del gobierno porteño. En su mayoría son empleados con una antigüedad de 10 años, e incluso entre ellos hay una mujer embarazada. Todo ocurrió ayer: por la mañana les anunciaron a los ex colaboradores de Cerruti que los echaban pero por la tarde la legisladora recibió un mensaje en el que le aseguraban que esto no pasaría.
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