Miércoles, 23 de enero de 2008 | Hoy
El premier italiano quedó a punto de perder su mayoría en el Congreso tras el alejamiento del partido del ex ministro de Justicia Clemente Mastella. Berlusconi pidió elecciones anticipadas.
Desde Roma
El primer ministro italiano Romano Prodi someterá su Ejecutivo a un voto de confianza en el Parlamento y en el Senado, para verificar si cuenta con el apoyo suficiente para seguir en el poder, después de la salida de su coalición del partido clave Udeur. Si la coalición de centroizquierda no supera esta prueba, el presidente Giorgio Napolitano podría convocar unas elecciones anticipadas.
“Quiero mirar a la cara quiénes votarán en contra de mí.” Con estas palabras Romano Prodi intervino ayer frente al Parlamento para presentar a los diputados sus decisiones después de que el lunes el ex ministro de Justicia y líder del democristiano Udeur Clemente Mastella anunciara a la prensa su intención de retirar el apoyo a la mayoría. Mastella había dejado su cargo la semana pasada al ser indagado por un caso de corrupción, junto a su mujer.
“Mastella no ha sido dejado solo –dijo Prodi–; sólo en el Parlamento se puede decidir la suerte de un gobierno”, concluyó. Hoy, a las 17.00 está previsto un voto de confianza ante los diputados y Prodi está seguro de ganarlo, debido a la mayoría que tiene en la Cámara baja.
En cambio, el segundo voto de confianza en el Senado, programado para el jueves a las 20, podría terminar con un fracaso para Prodi después de la deserción del pequeño partido Udeur, que dispone de tres senadores, mientras que la mayoría de centroizquierda es de sólo un voto en la Cámara alta.
Un voto de confianza, de los 31 que pidió el Gobierno desde que fue elegido, salvó Prodi, en febrero pasado, de la dimisión. En esta ocasión, el primer ministro ofreció su renuncia tras una aplastante derrota en el Senado: aliados de extrema izquierda se rebelaron contra su política exterior.
Por muy absurdo que pueda parecer, el actual Ejecutivo no puede seguir en el poder sin el apoyo del pequeño partido centrista Udeur. A no ser que Prodi logre in extremis recomponer las relaciones con Mastella o ganarse el apoyo incondicionado de los senadores vitalicios, tendrá que dimitir. En este caso, el presidente Giorgio Napolitano tendrá dos opciones: la formación de un gobierno técnico, de transición, hasta la aprobación de una nueva ley electoral o las elecciones anticipadas.
Debido a una ley electoral problemática, diseñada por el anterior gobierno de Silvio Berlusconi, desde que fue elegido, en abril de 2006, Prodi tuvo en la Cámara alta una mayoría tan ajustada que condenó a su Ejecutivo a la parálisis. Tanto el gobierno como la oposición están convencidos de la necesidad de una reforma electoral.
Sin embargo, según muchos analistas, la perspectiva de un referéndum sobre la reforma de la ley electoral influyó en la decisión de Mastella, ya que esta reforma legislativa reduce el peso de los partidos pequeños. La única forma de frenar un referéndum, que se debería celebrar como muy tarde el 15 de junio, es adelantar las elecciones que deberían tener lugar, teóricamente, en 2011.
El martes, Silvio Berlusconi, líder de la oposición, volvió a pedir elecciones anticipadas, ya que “no hay caminos posibles sino el de tomar conciencia de la crisis”, dijo a Canale 5, su televisión. Asimismo, su histórico aliado Gian Franco Fini dijo que “‘ahora no hay margen para un gobierno institucional, es necesario pedir a Napolitano que se vaya a votar”. Mientras Pier Ferdinando Casini, del partido democristiano de la oposición UDC, se dijo favorable a un “gobierno de unidad nacional”, pero sólo después de la dimisión de Prodi.
De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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