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Clinton prevé una derrota en Hawai y relativiza Wisconsin

La candidata concentra la atención en Texas y Ohio, dos grandes estados en los que pretende ganar para arrebatarle la nominación demócrata a Barack Obama.

 Por Antonio Caño *

Como parte de una estrategia destinada a disminuir el significado de su racha perdedora, la campaña de Hillary Clinton da por hecha una nueva derrota en Wisconsin, aunque ninguna de las características de ese estado favorece particularmente a su contrincante, Barack Obama. Será muy difícil para el senador de Illinois ganar en Wisconsin, donde la base del Partido Demócrata está integrada mayoritariamente por la clase trabajadora, que se le ha resistido a Obama en otros estados. Pero Clinton lleva tantos días ya hablando de la importancia de Texas y Ohio, que una victoria de Obama sería considerada como un mero trámite, mientras que el triunfo de la ex primera dama sería recibido poco menos que como una gesta.

Aunque el mensaje de la campaña de Clinton es que Wisconsin no cuenta, la senadora por Nueva York participó ayer en tres actos electorales, ha visitado plantas industriales y se ha reunido con líderes sindicales, en un intento obvio y natural de ganar. De hecho, las encuestas apenas dan una ventaja de cuatro puntos a Obama, que ha invertido, ciertamente, más tiempo y más recursos en Wisconsin.

El favoritismo de Obama es, sin embargo, evidente en Hawai, donde también se vota hoy y donde el joven senador pasó algunos años de su infancia.

La actitud de Clinton hacia Wisconsin es la confirmación para muchos analistas de que su campaña estaba basada en el convencimiento del triunfo en el supermartes (5 de febrero) y no había previsto una estrategia para después de esa fecha. Mientras la campaña de Obama había desarrollado, gracias al apoyo de miles de voluntarios, una base importante en las cuatro esquinas del país, Clinton había concentrado sus medios en los estados que votaban el 5 de febrero. Las consecuencias han sido ocho derrotas consecutivas desde entonces.

Sorprendentemente, Clinton no tenía un plan B para después del supermartes, y el plan que se ha improvisado estos días es el de desvalorizar todo lo ocurrido hasta ahora y concentrar la atención en Texas y Ohio, ciertamente dos grandes estados, pero quizá sin la posibilidad de producir una diferencia considerable en cuanto a número de delegados entre ambos candidatos.

Así pues, los delegados de Wisconsin (75) y de Hawai (20) cuentan también, y otras dos derrotas de Clinton no harían más que reforzar la idea de que su campaña no está dando resultado.

El último argumento de esa campaña es el de que Obama sabe pronunciar discursos pero no ofrece soluciones. “No se trata de pronunciar discursos”, dijo la senadora en Wisconsin, “no se trata de estar permanentemente bajo las luces; se trata de ser capaces de hacer los cambios que permitan mejorar la vida diaria de los ciudadanos”.

Obama le ha añadido algo de prosa a sus discursos, pero ha defendido también el valor de las palabras como instrumento revitalizador del entusiasmo de una nación: “¡No me digan que las palabras no importan! No tenemos que tener miedo a nada más que al miedo mismo. ¿Son sólo palabras? Por supuesto que los discursos por sí mismos no sirven”, dijo Obama en Wisconsin, “pero también es cierto que si no conseguimos inspirar al país para que vuelva a creer, no importa cuántas propuestas presentemos ni cuántos planes pongamos en marcha”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Hillary saluda a sus seguidores en el colegio secundario St. Norbert, en Wisconsin.
Imagen: AFP
 
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