EL MUNDO › EL JEFE PALESTINO RECHAZA LAS PRESIONES
Arafat, aún el hombre fuerte
El líder palestino Yasser Arafat desafió ayer los intentos norteamericanos e israelíes de tratarlo como irrelevante al comparecer ante el Parlamento palestino confirmando que las elecciones se celebrarán en enero, pero evitando hacer mención de las reformas. En la primera sesión legislativa en 18 meses, Arafat repitió su condena a las acciones terroristas contra Israel, pero omitió hacer un llamado a poner fin a los ataques suicidas.
Los comentarios de Arafat fueron más vagos que los de su ministro de Interior, Abdel Razek Yehiyeh, que lidera el equipo de los palestinos en las discusiones sobre asuntos de seguridad con el gobierno israelí, y que recientemente dijo que los palestinos deberían adoptar una resistencia civil sin agresiones a Israel y terminar con los ataques contra blancos civiles. Arafat exhortó a los israelíes a un llamado a nuevas negociaciones y una proclama al entendimiento, al declarar que “me gustaría decir que queremos alcanzar la paz con ustedes. Queremos seguridad y estabilidad para nosotros y ustedes”. “La paz está frente a nosotros y no detrás –dijo en su discurso de una hora–. Tras 50 años de conflicto, digo que ha habido suficiente sangre derramada y es hora de sentarnos a la mesa de negociaciones”, agregó el líder palestino.
Su discurso pareció especialmente destinado a mostrar que él sigue al mando y sin posibilidad de sustitución de la jefatura de la Autoridad Palestina. Arafat habló de la necesidad de “unidad en los tres poderes de la Autoridad Palestina: Judicial, Legislativo y Ejecutivo”, y de repente bromeó: “A menos que quieran traer a alguien para el Ejecutivo; yo deseo que puedan hacerlo y darme un descanso”. Y rechazó indirectamente las presiones de Washington al evitar toda mención de la idea de un primer ministro y de la idea de postergar las elecciones de modo que Arafat pueda ser efectivamente desplazado.