EL PAíS
Un viaje a la Cumbre Mundial de la Tierra con mucha contaminación
El senador Juan Carlos Maqueda aclaró que no viajó a la Cumbre de Johannesburgo con su esposa, pero la lista oficial de quienes integraron la delegación se mantiene en celosa reserva.
Por Eduardo Tagliaferro
Nunca más pertinente el dicho que recomienda no aclarar que oscurece. Con el título (Juan Carlos) “Maqueda aclara”, el senador cordobés lejos de desmentir las características de su tour a Johannesburgo a la Cumbre Mundial de la Tierra, no hizo más que ratificar lo publicado ayer por este diario. El comunicado oficial resaltó que “los gastos del viaje del Dr. Maqueda y sus acompañantes fueron abonados por el Poder Ejecutivo Nacional al cual representaba, y ante quien se rindió cuenta”. Lo cierto es que, ya fuera la caja del Ejecutivo o la del Senado, los fondos provienen de las cuentas públicas. Y a pesar de que la Dirección de Prensa sostuvo que Maqueda “viajó sin la compañía de su señora esposa”, hasta última hora de ayer y a pesar del insistente reclamo de muchos medios, el Senado se negó a entregar el listado oficial de los integrantes de la delegación argentina a Sudáfrica.
Es más, la lista definitiva de los concurrentes a la Cumbre de la Tierra se convirtió ayer en una verdadera cuestión de Estado. Tal como vienen dictando los usos y costumbres con los que se maneja la comunicación oficial, además de la gacetilla, no hubo ningún otro comentario. Tan hermético, que este diario no pudo en ningún momento, a pesar de la insistencia, comunicarse con el secretario administrativo del Senado, Jorge Amarfil, para confirmar su participación en el periplo.
–Sí, viajó. ¿Pero usted no sabía que el doctor Amarfil fue a Johannesburgo? –repreguntó a este diario una empleada del secretario.
–Quería saber qué función cumplió –contestó Página/12.
No era inocente la medida respuesta de la empleada, ni tampoco la pregunta de este diario. La apelación de Maqueda a que el viaje había sido pagado por el Ejecutivo, y se había realizado “por expreso pedido” de Eduardo Duhalde, no alcanza a explicar la composición de la delegación. Lejos de estar dominada por especialistas en temas vinculados con los recursos naturales o con la ecología, tuvo la impronta de estar compuesta por el entorno más cercano del titular del Senado. Algo no habitual en una misión oficial.
En los pasillos de la Cámara alta, explicaban a modo de justificación, que cuando es el Poder Ejecutivo el que invita, el invitado tiene un margen para la confección de la lista que finalmente lo acompañará. Por eso repetían, había tantos miembros del Senado y ningún especialista o representante de la Cámara de Diputados. Es más, en la Secretaría de Medio Ambiente, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, admitían su escasa participación en la conformación de la comitiva argentina y también en la posibilidad de exponer sus puntos de vista sobre los que los especialistas vienen trabajando hace tiempo.
En el último punto del comunicado del Senado, se señala que “hay que dejar aclarado que la presencia del Dr. Juan Carlos Maqueda y sus acompañantes en Sudáfrica fue para cumplir una misión oficial, y la actuación de los mismos fue de público conocimiento por haber sido difundida por medios de comunicación de nivel internacional y nacional”. Lo cierto es que la participación del senador en Johannesburgo reiteró la condena a los subsidios de los países agrícolas, que tanto la administración de Duhalde como la de su antecesor, Fernando de la Rúa, vienen repitiendo. Algo que no por justo, no deja de resultar insuficiente para una comitiva de esa característica.
Uno de los puntos que sí esclarece el comunicado del Senado es que tanto Maqueda como sus acompañantes no visitaron ni Sun City ni el parque Krueger. Cosa que si se lee correctamente la nota de este diario de anteayer no se afirmó, sino que se señalaba que esos destinos eran un lugar obligado en cualquier city tour a Sudáfrica. Y al día de hoy, como al del momento de la nota, el listado de actividades de la comisión que participó de la cumbre ecologista es un secreto. Que se mantiene con tanta reserva como el listado definitivo y completo de los que viajaron a Johannesburgo. Si quien pagó fue el Ejecutivo, no alcanza a explicar lainverosímil composición de la delegación. Porque, de última, los recursos provienen del mismo bolsillo.