EL PAíS
Jorge Yoma le abre una esperanza al Gobierno para evitar los comicios
El planteo del senador riojano ante la Justicia contra el decreto que convoca a elecciones internas podría iniciar el camino para desactivar el proceso electoral.
Por Diego Schurman
La presentación que Jorge Yoma realizó ante la Justicia contra el decreto que convoca a elecciones internas podría resolverle al Gobierno la desactivación de esos comicios que tantos dolores de cabeza le trae. Y de esta forma sortear un sistema fuertemente cuestionado tanto por los principales candidatos del PJ como por los de los partidos de la oposición. Por lo menos así pensaban anoche en la Casa Rosada, pero no tanto en sedes judiciales.
El viernes, Yoma fue personalmente al despacho de la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría. Los dos más importantes reclamos del senador riojano y aliado circunstancial de Eduardo Duhalde fueron:
- Que en las internas se vote con el padrón general: o sea, que se declare inconstitucional el decreto que estipula que al candidato de un partido sólo puedan votarlos los afiliados de ese partido y los independientes.
- Que, mientras se resuelve esa cuestión de fondo, haga lugar a una medida cautelar para que los afiliados de su partido provincial Frente con Todos sean considerados “independientes”, de tal forma de que puedan participar en la interna para definir presidente. “Como mi partido no disputa la Presidencia, los 3 mil afiliados están injustamente inhabilitados para votar”, dijo.
Servini de Cubría dará vista al Ministerio del Interior para que explique por qué el 15 de diciembre las elecciones serán “acotadas” a independientes y afiliados en vez de regirse con el padrón general.
El titular de esa cartera, Jorge Matzkin, tendrá tres días para responder. Y seguramente recueste sus argumentos en el fallo del juez salteño Abel Cornejo, quien abortó la idea original de Duhalde para que en los comicios internos puedan votar absolutamente todos los ciudadanos.
Técnicamente, Yoma no pide la suspensión de las internas. Pero una vez que Servini de Cubría le dé vista al fiscal del entuerto, todo es factible de ocurrir. Si quisiera, el propio Gobierno podría abortar las internas de un plumazo. Pero prefiere mostrarse prescindible para no pagar ningún costo político con la medida. Augura que ese trabajo quede en manos de la Justicia. Más aún, está convencido de que será así, aunque eso no coincide con el pensamiento de Tribunales (ver página 5).
“Yo no le estoy haciendo ningún favor al Gobierno. Estoy tratando de ver cómo hago para participar perteneciendo a un partido provincial”, se excusó Yoma ante Página/12.
Para Duhalde, las internas son un problema. No resuelve los cuestionamientos de legitimidad: no sólo se le rebelaron Elisa Carrió y Luis Zamora, dos de los candidatos de gran aceptación popular que pregonan la abstención, sino también la mayoría de los postulantes del justicialismo.
Caso por caso: Adolfo Rodríguez Saá cree que en las internas “acotadas”
habrá un gran peso de los aparatos y por lo tanto podría desistir de esa pelea para competir directamente en las generales de marzo con sello propio. Algo similar podría ocurrir con Néstor Kirchner, quien se queja de la “falta de garantías” y la “poca transparencia” de los padrones de afiliados (algo que el propio Duhalde reconoció en público al calificarlos de “truchos”).
Por su parte, Juan Carlos Romero quiere reemplazar las internas por una variante a la ley de lemas. Y José Manuel de la Sota siempre manifestó que competirá en la interna, aunque también dijo que ésta debía ser “abierta”, con la participación de todos los ciudadanos y no sólo de afiliados e independientes.
En ese contexto, el único que defiende la actual modalidad es Carlos Menem, quien –pese a su omnipresencia mediática a partir de los casos
judiciales– tiene chances en la pelea si Rodríguez Saá y Kirchner juegan por afuera del PJ.
Quizás el gran problema que tiene Duhalde es ver de qué manera lograr que la Justicia haga el trabajo que él mismo no se anima a hacer. Algo deeso quedó reflejado ayer cuando Matzkin, ante el oficio que le hará llegar Servini de Cubría, telefoneó a Yoma para buscar ayuda:
–¿Y ahora qué le respondo, Negro? –arrancó la charla.