Luiz Inácio Lula da Silva alcanzó un nivel record de popularidad. Un sondeo del instituto Ibope afirmó ayer que la aprobación del desempeño del presidente brasileño llegó al 80 por ciento. El Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna Brasil y cuyo líder es el mismo Lula, aparece como el principal favorito en las capitales de provincias y ciudades más grandes del país para las elecciones municipales del próximo domingo.

Entre las 79 ciudades más importantes de Brasil (las 26 capitales estaduales y los restantes 53 municipios con más de 200.000 electores), el PT encabeza la intención de voto en 33, según el trabajo publicado por el diario Folha de Sao Paulo sobre la base de las encuestas disponibles.

De acuerdo con el estudio, detrás del PT se ubican el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), con 22 ciudades; el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 20, y el conservador Demócratas, con 12. Actualmente, el partido del presidente Lula gobierna 17 de las 79 ciudades analizadas.

Las municipales suelen ser un test del gobierno nacional y del gobernante. Según un estudio de septiembre, encomendado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Lula consiguió el mayor nivel de popularidad desde que llegó al gobierno en 2003 para iniciar su primer mandato y superó la marca record de 72 por ciento que había logrado en junio pasado. Los números del instituto Ibope muestran que en la empobrecida región nordeste del país, de donde Lula es originario, el grado de aprobación llega a un impresionante 92 por ciento. La consulta del Ibope se realizó entre el 19 y el 22 de septiembre y abarcó a un total de 2002 electores de 141 municipios brasileños. El margen de error de la consulta es de 2 por ciento. El instituto DataFolha ya había indicado este mes un nivel record de aprobación al identificar que 64 por ciento de la población consideraba “buena” o “excelente” la gestión del presidente Lula.

La aprobación record del antiguo líder sindical fue atribuida por los analistas de Ibope a la confianza de los brasileños en la economía del país, que se ha “despegado relativamente” de la crisis internacional.

También influyeron en la valoración positiva los recientes descubrimientos de grandes reservas de petróleo en la costa brasileña, que el gobierno espera que catapulte a Brasil al status de potencia exportadora de crudo y derivados. Además, la mayoría de la población apreció mejoras en áreas en la que el gobierno no tiene tantos adeptos, como los impuestos o la seguridad.