El domingo a la noche se jugó un partido de beisbol entre Tampa Bay Devil Rays de Florida y los Boston Red Sox para clasificarse en la serie mundial de 2008. Los Rays, que tienen un record de fracasos, ante el triunfo cantaban: “De últimos a primeros”. John McCain debe estar deseando que le suceda lo mismo. Porque las últimas encuestas muestran que el crucial premio de Florida se les puede estar escapando de las manos a los republicanos a dos semanas de las elecciones. Golpeados por la crisis inmobiliaria y la pérdida de empleos, los habitantes de Florida han visto a su estado caer de “primero a último”.

Perder Florida, que es el cuarto premio más grande de votos del Colegio Electoral que determina quién se lleva las llaves de la Casa Blanca, no es la opción que deseen los republicanos. Este es el estado que definió el triunfo de Bush en 2000 y lo lanzó a la reelección en 2004. McCain tiene que encontrar una forma de levantarles el ánimo a los habitantes de Florida. El beisbol probablemente no alcance.

En el primer día del voto postal en Florida ayer, el deporte no era lo más importante en la agenda de la gente. Era la economía. “Nos duele –confirmó Richard Scher, un profesor de ciencia política de la Universidad de Florida–. He vivido aquí durante treinta años y nunca vi al estado tan ansioso, tan aprehensivo y todo por culpa de la economía.” La batalla por Florida está siendo peleada desde la franja de territorio en el noroeste hasta los cafés cubanos y las salas de bingo de Miami en el sur. Pero en ningún lado se luchó tan intensamente en las dos últimas semanas como a lo largo de la autopista I-4, que divide el estado, corriendo en línea recta desde Tampa a Daytona Beach, en el este.

Es por eso que McCain pasó el viernes y el sábado pasado en el estado del sol y por el mismo motivo Sarah Palin anduvo por Florida durante varios días antes que él. Pasado mañana vuelve, para hacer una gira en ómnibus a través de Orlando y Tampa, los dos grandes mercados de los medios en el estado y otras ciudades en el corredor I-4, donde reside no menos que el 40 por ciento de la población de Florida. Si la franja de asfalto de ocho carriles que es la I-4 es el camino para capturar Florida, entonces también puede ser el camino que conecte al candidato ganador con Pennsylvania Avenue. McCain lo sabe, pero también lo saben los demócratas, que ayer buscaron superarlo al presentarse no solamente Barack Obama para seducir a los constituyentes, sino también Hillary Clinton.

Obama debía comenzar su día con una reunión ante decena de miles en un campo de beisbol, para alentar a la tropa en Tampa. Pero era su evento en Orlando, junto con Clinton, lo que despertaría más entusiasmo. Hasta anoche, él y la ex primera dama no habían hecho campaña lado a lado desde que aparecieron juntos en New Hampshire, después de que él ganara la nominación. El ánimo de Obama cuando llegó en jet a Florida era optimista, con las encuestas aquí y a nivel nacional marcando una tendencia a su favor.

Si la economía es el único tema que importa, entonces Obama es quien se beneficia. “Se tiene la percepción de que Obama habló más directamente que McCain sobre estos temas”, afirmó el profesor Scher, que también subraya la importancia de la arteria I-4. Mientras los estados del Medio Oeste han estado luchando con economías en receso durante más de una década, el shock para Florida es reciente y mucho más feroz. El estado está primero en la lista de la pérdida de empleos del país.

Obama tiene una ventaja en Florida, pero endeble y dentro de un margen de error. El porcentaje de las encuestas en el estado mostraban a los demócratas adelante por un débil 3,2 puntos de porcentaje. Pero sucede después de un período de muchos meses en los que McCain mantuvo un respetable liderazgo en el estado y los republicanos creían que el estado estaba asegurado. Ahora McCain puede perderlo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.