EL PAíS › LOS PLANES DE JORGE TELERMAN PARA LAS ELECCIONES PORTEñAS DEL AñO QUE VIENE

Por una Legislatura más afrancesada

Cerca del ex jefe de Gobierno porteño ya palpitan la vuelta. Quieren integrar una lista de un espacio amplio, aunque sin la Coalición Cívica. Imaginan un acuerdo con el kirchnerismo para que lo apoyen, aunque se resisten a ponerse la camiseta K.

 Por Santiago Rodríguez

Jorge Telerman quiere postularse a legislador porteño en 2009 y alrededor de él cuentan sus planes al pie de la letra: “a) va a esperar que se defina el calendario electoral; b) si las elecciones son desdobladas, va a ser candidato, c) tratará de armar un espacio amplio como el que acompañó su candidatura a jefe de Gobierno el año pasado, pero sin la Coalición Cívica, y d) intentará acordar con el kirchnerismo que no presente candidatos y se incorpore a su armado para no dividir los votos del sector”. Telerman ya tendió algunos puentes con los kirchneristas, pero por ahora no logra superar un obstáculo: le piden que se ponga la camiseta K y lo máximo que él les ofrece es no hacer antikirchnerismo. “Si fuera a un programa de televisión a defender a Kirchner, se reirían de mí”, dice y espera que el tiempo los convenza de que es su mejor opción.

Néstor Kirchner tiene a Telerman como una alternativa para la ciudad. Los dos hacen la misma cuenta: si los legisladores se votan antes que los diputados, no aparecen en el horizonte de candidatos locales figuras tan instaladas como el ex jefe de Gobierno, que al cabo de su gestión y después a fuerza de campaña se hizo conocido entre los porteños. Y, hoy por hoy, Mauricio Macri se inclina por despegar las elecciones porteñas de las nacionales.

Telerman está al tanto de los escenarios que traza Kirchner por vía de terceros. “No nos juntamos porque no le serviría ni a él ni a mí”, les explica a sus colaboradores. Sus interlocutores son el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el asesor presidencial Juan Carlos “Chueco” Mazzón. También mantiene sus vínculos con los “pingüinos” que responden al ministro de Planificación, Julio De Vido, y que el año pasado lo alentaron en su intento de seguir al frente de la Jefatura de Gobierno. Además, tiene diálogo con hombres del PJ porteño, como Víctor Santa María y Juan Manuel Olmos. Lo que no tiene retorno posible es su relación con el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, de quien incluso pide que dé un paso al costado de la conducción partidaria como condición para coincidir en una misma boleta con los K.

En línea con sus planes, Telerman va a empezar a levantar su perfil político. Cuando abandonó la Jefatura de Gobierno porteño, se tomó un tiempo de descanso y a su regreso dijo que le daría a Macri tres meses de gracia antes de empezar a hablar de su gestión. Una vez cumplida la veda que se autoimpuso, hizo algún que otro cuestionamiento a la administración macrista, pero después estalló el conflicto entre el gobierno nacional y el sector agropecuario y prefirió concentrarse en la actividad privada, sin asomar demasiado la cabeza.

“Me tomé un año sabático, pero por el calendario lunar, así que en unas semanas más ya empiezo”, promete a quienes lo visitan por estos días en La Trastienda. Allí, en sus remozadas oficinas del primer piso, Telerman combina la producción de espectáculos con la actividad política.

En su agenda de las últimas semanas figuran también contactos con quienes fueron sus socios en los comicios de 2007. Uno de ellos es Raúl Fernández, con quien se juntó a almorzar y conversó sobre la posibilidad de coincidir electoralmente. Fernández fue mano derecha de Aníbal Ibarra y siguió en la gestión telermanista como secretario general de la administración porteña. El año pasado entró a la Legislatura como parte del armado que apostó a la continuidad de Telerman en la Jefatura de Gobierno de la ciudad.

La grilla de largada para las próximas elecciones de legisladores porteños no está definida. Empezará a cobrar forma una vez que se sepa a ciencia cierta el calendario electoral. Telerman, sin embargo, ya imagina quiénes podrían ser sus adversarios. Su hipótesis es que el PRO inscribirá al diputado Esteban Bullrich, otrora compañero de fórmula de Ricardo López Murphy y hoy socio del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en la interna macrista. Piensa que una opción cierta de la Coalición Cívica es Enrique Olivera, quien lo secundó en la fórmula el año pasado y cuyo mandato en la Legislatura vence en 2009. Supone, además, que Vilma Ripoll asumirá la representación de la izquierda y que también Vilma Ibarra será de la partida.

Aunque los socialistas que lo acompañaron en 2007 dicen que no reeditarán la sociedad el año próximo y anticipan la postulación de Roy Cortina a legislador, Telerman todavía no los cuenta en su contra y también mantiene vacío el casillero K. Su apuesta de máxima es ocupar él mismo ese lugar. De todos modos, tiene decidido anotarse en la contienda por más que no logre cerrar trato con los kirchneristas. Ser candidato le da la posibilidad de mantenerse en el candelero, pero además una banca en la Legislatura le serviría eventualmente de plataforma si en 2011 decide volver a dar pelea por el sillón que ocupó hasta diciembre del año pasado.

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Imagen: Alejandro Leiva
 
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