El embajador argentino en Haití está convencido de que hay que “latinoamericanizar” la Minustah, la misión de la Naciones Unidas en este empobrecido país. Antes de la tragedia, dice para ejemplificar, Argentina, Brasil y Chile (le dicen el ABC) se movieron mucho y en direcciones más concretas que otros países. “De hecho, la red social más grande de este país la creamos nosotros con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola. Es el programa Pro Huerta, de la que participan 70 mil personas y que apunta a la seguridad alimentaria de la población”, ejemplifica José María Vázquez Ocampo (ver nota aparte).

“La delegación argentina apunta a fortalecer el Estado y la sociedad. Desde nuestro Ministerio de Economía aportamos dos mecanismos clave. Por un lado, una base de datos para la inversión pública, que sirve para planificar políticas. El otro instrumento, en coordinación con Unicef, fue la experiencia piloto para orientar el gasto público a la infancia”, comenta el embajador.

En lo que respecta al fortalecimiento de la sociedad, Vázquez Ocampo asegura que se apuntará a extender el programa Pro Huerta hasta incluir a tres millones de personas que viven “en la pobreza más extrema”. Sobre esa base, afirma, “se está preparando un programa de inclusión en salud y educación, es el paso de la seguridad alimentaria a la seguridad social”.

El funcionamiento de la Minustah es una de las grandes preocupaciones del embajador. Para él, hace falta “una reestructuración de la misión en Haití, hay que cambiar la composición de los roles de los funcionarios y de las especialidad vigentes; faltan ingenieros militares, sanitaristas militares e instructores en oficios militares para complementar el trabajo de seguridad”.

La seguridad en este momento es uno de los temas prioritarios para los funcionarios de la ONU y para la población haitiana. Su conclusión es que “en la medida en que se mejore la relación con la sociedad vamos a mejorar la seguridad porque la sociedad nos va a proteger”.