EL MUNDO › SU REIVINDICACIóN DE PINOCHET TIENE HISTORIA

El pasado que desmiente a Otero

 Por Jorge Escalante y Luis Narváez

Desde Santiago

Aunque el embajador Miguel Otero intentó distanciarse del régimen de Augusto Pinochet el lunes, su apoyo a la dictadura a lo largo de los años quedó estampado no en una sino en varias frases categóricas que fue pronunciando al respecto en distintas entrevistas con medios chilenos.

En una entrevista concedida al diario chileno La Nación el 10 de septiembre de 1989, Otero sostuvo que “la historia, con objetividad, va a juzgar al régimen del presidente Pinochet y las fuerzas armadas y del orden, como uno de los mejores, si no el mejor gobierno que ha tenido esta República”. Meses después, afirmaba en el mismo diario que “los chilenos debemos dar gracias a Dios de que en Chile se haya producido un golpe militar en 1973”.

Pero en la entrevista de 1989, el diplomático defendió la amnistía para los represores de Pinochet, agregando que “aquí opera la prescripción, con lo cual es imposible seguir un proceso y castigar al culpable. Entonces, todo este debate (de juzgar a los culpables) es absolutamente político y no jurídico”.

Su supuesto rechazo a las dictaduras expresado el lunes, tuvo otro autodesmentido en su categórica expresión vertida el 13 de noviembre de 1988 en una entrevista al diario chileno El Mercurio: “Fue necesario que hubiera una dictadura para restablecer la democracia. Yo fui partidario del movimiento militar porque Chile estaba en un caos”.

Otero fue oficial de ejército y compañero de Manuel Contreras, el jefe de la temida Dirección de Inteligencia Nacional, DINA, en la Escuela Militar.

De lo dicho en el pasado, una de sus reflexiones más hirientes para las víctimas de la represión en Chile fue aquella que pronunció en una entrevista al diario chileno La Nación, el 5 de marzo de 2001. Cuando se le preguntó “¿qué le parecen las querellas que se han interpuesto por torturas?”, Otero respondió irónicamente “eso es simplemente echarle pelos a la sopa y hacer una tempestad en un vaso de agua”.

En otra entrevista concedida al mismo diario el 11 de mayo de 1994, Otero reveló otro signo inequívoco de su apoyo a las dictaduras que desmienten todavía más sus nuevas declaraciones del lunes en Santiago. Al consultársele “de haber seguido usted en el ejército, ¿habría sido uno de los generales golpistas?”, el embajador contestó “yo no los considero golpistas. Considero que cumplieron su deber para con su país”. Al insistírsele si “¿habría estado usted con los generales golpistas?”, dijo “no le quepa duda”.

En la misma entrevista defendió el rol jugado por la DINA (responsable del 80 por ciento de las cerca de 3200 víctimas de la represión), afirmando que “en un período, la DINA cumplió su labor. Lo que pasa es que después de la guerra todos somos generales y es fácil rasgarse las vestiduras de demócrata”, afirmó.

Miguel Otero es un destacado abogado. Por ello, en 1999 se incorporó como asesor del equipo jurídico que defendió en Chile al dictador Pinochet en los juicios por los crímenes de los que se le acusó y llegó a procesar antes de su muerte.

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