Jueves, 9 de diciembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Mariano Blejman
Ayer, durante varias horas dejó de funcionar el sitio mastercard.com y durante un menor lapso el de Visa.com. El ataque fue perpetrado por un grupo de hackers bajo el nombre “Operation Payback” y fue una respuesta a la decisión de Mastercard y Visa de suspender la cuenta de Wikileaks, para recibir donaciones. Como sea, está claro que en Internet hay fuerzas peleando más profundas que las superficiales. Si Internet pudiese ser visto como un organismo vivo, sería sencillo detectar que está cruzado por dos fuerzas opuestas: algunas que pretenden mantener Internet abierta, contra fuerzas que quieren que la red permanezca cerrada. Probablemente porque la discusión se originó en Estados Unidos, este debate suele estar despolitizado en un sentido clásico; pero bien podría entenderse que aquellos que apoyan los sistemas abiertos son más democráticos que quienes que defienden los sistemas cerrados.
Como se sabe, gracias a su estructura abierta y descentralizada, la amplificación de la información funciona de manera veloz en Internet. Gracias a la censura de su dominio original wikileaks.org, más de mil servidores espejos replican ahora el contenido (seis de ellos en Argentina). Pero está claro que la censura privada de Amazon dejando afuera el sitio, la imposibilidad de usar PayPal, Visa y Mastercard para donar a Wikileaks, con la detención de Assange y el paquete de leyes “anti-Wikileaks” están del lado de los agoreros por una Internet cerrada.
La clausura del servicio de Mastercard y Visa para Wikileaks tuvo ayer una respuesta de los hackers. El autodenominado grupo Anonymous, que brega por la libertad de información, dio de baja mastercard.com y visa.com a través de un ataque masivo de denegación distribuida de servicio (Ddos, en inglés). Ese tipo de ataques potencia la lógica de hiperconexión abierta que ofrece Internet: organiza miles de computadoras repartidas por el mundo para que accedan al mismo tiempo automáticamente a un mismo sitio. Como la web no puede resistir tanta demanda, esta deja de funcionar: se cae. Twitter se ha convertido en la forma más efectiva de coordinar esfuerzos cuando el ataque pretende ser masivo. De hecho, ayer circulaba por la red de microblogging la dirección pastehtml.com con los pasos para sumarse al ataque contra Visa. Según un vocero de 22 años conocido como Coldblood, que ayer entrevistó The Guardian, Anonymous es un grupo de hackers que se presenta como una fuerza de “bien caótico” conformado por adolescentes y profesionales de la tecnología, nacido en el foro 4chan.
Ayer, después de la caída temporal de Visa.com, Facebook había dado de baja la cuenta de Anonymous en su red social por violación de los términos del contrato. Y Twitter estaba entre los próximos objetivos del grupo de hackers Anonymous. Como se escribió en este diario, en los últimos días las suspicacias sobre la ausencia de la palabra Wikileaks entre los temas más mencionados aumentaron. Twitter le echó la culpa al algoritmo. Lo irónico es que a diferencia del ataque al sitio de MasterCard y Visa, dar de baja a Twitter en defensa de los valores de una “sociedad más abierta” sería contraproducente también contra Wikileaks. Ya que debido a la ausencia del dominio oficial y con tantos espejos distribuidos, la única manera de seguir a Wikileaks de manera certera es por Twitter.
Ahora bien, desde esa perspectiva, podría pensarse que Wikileaks aboga por un tipo de sociedad más abierta. En una reciente entrevista de la revista Time, Julian Assange explicó: “No es nuestro objetivo lograr una sociedad más transparente, sino una sociedad más justa. Y la mayoría de las veces, la justicia y la apertura van en la misma dirección”. Sin embargo, con el “cablegate” Wikileaks involucionó con respecto a su corto pasado: en vez de liberar el contenido antes de que lo tomaran los medios tradicionales (como hizo con informes sobre la guerra de Irak) les concedió la información en exclusiva a cinco medios tradicionales. Assange explicó: “Cuando empezamos, pensábamos que los bloggers y la gente que escribía Wikipedia iba a realizar el trabajo analítico. (...) Pero es evidente que no es del todo cierto. El trabajo pesado de análisis está hecho por nosotros, por periodistas profesionales y activistas por los derechos humanos. Los mejores análisis no los hace la comunidad. (...) Así, las redes sociales tienden a ser, para nosotros, un amplificador de lo que estamos haciendo”. Es decir, según la lógica de Assange, esta vez Wikileaks apostó a un modelo cerrado y concentrado de difusión de la información para “amplificar” el impacto. Curioso.
Twitter: @blejman
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.