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¿En qué critica al 15-M y en qué lo apoya?

–Se trata de un movimiento que me parece muy respetable. Yo no comparto con ellos todas sus propuestas, pero tampoco estoy en desacuerdo con todo lo que representan. Es un movimiento que se ha manifestado desde el primer momento de forma pacífica y ha aparecido porque sin duda existe un malestar en la sociedad ante una crisis impredecible y terriblemente virulenta.

–¿Cómo cree que puede seducir a los indignados y a los indecisos?

–No se trata de seducir, sino de generar confianza. Se trata de explicar a los ciudadanos nuestras propuestas, y yo es lo que estoy haciendo. Enfrente tenemos a Rajoy, que no tiene el valor de decir qué es lo que va a hacer, de explicar su programa. Lo tiene en la cabeza y no lo cuenta por interés electoral, porque si lo hiciese perdería muchos votos. Estamos ante una grave crisis económica, y los valores y principios que ganen el 20-N marcarán el camino. Los socialistas llevamos ciento treinta años de historia defendiendo la libertad y la igualdad para que la democracia no consista en contar votos, sino que los votos cuenten para hacer una sociedad tolerante de la que nadie se sienta excluido. Las señas de identidad de España llevan el sello del PSOE en el Estado de bienestar. Y lo que nosotros proponemos es precisamente eso, salir del duro momento que vivimos sin tocar el Estado de bienestar, trabajando todos juntos y no dejando a nadie atrás.