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Cuando se conoció la muerte de los tres periodistas en el bombardeo del hotel Palestine, el corresponsal del diario Clarín en Bagdad, Gustavo Sierra, informó que está bien de salud pero que vivió “el momento más difícil” de su cobertura de la guerra. Sierra, que al igual que la mayoría de los periodistas internacionales se aloja en el Palestine, dijo que el ataque “no se puede calificar como un error”. Las fuerzas estadounidenses “saben dónde estamos y qué hacemos. Este es el edificio más visible y el más alto de la ciudad. Acá hay algo muy fuerte y sistemático y no entiendo cuál es el objetivo de todo esto”, declaró. Sierra explicó que el misil anglo estadounidense impactó en los pisos 15 y 17 del hotel y que el impacto más grande fue en el cuarto de los corresponsales de la agencia de noticias Reuters.