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Por M. J.
Desde Londres

La investigación judicial que encabezará lord James Brian Hutton tiene en el papel claras limitaciones formales. A diferencia de un tribunal legal, los testigos no prestan testimonio bajo juramento y el juez lord no puede exigir la entrega de documentos para su análisis (por ejemplo los de los servicios secretos sobre armas de destrucción masiva de Irak). Como otras investigaciones de este tipo encaradas en el pasado, ésta dependerá en gran medida del juez que esté a cargo.
Lord James Brian Hutton nació en Irlanda del Norte en 1931 y es considerado un conservador. La mayor parte de su carrera judicial la hizo en su conflictiva tierra natal durante el conflicto civil que se inició en 1969 con la rebelión de la minoría católica contra la mayoría protestante. Durante estos años fue considerado un blanco legítimo del Ejército Republicano Irlandés (IRA). En 1978 integró el equipo de defensa legal de Gran Bretaña ante la Corte Europea de Derechos Humanos que halló culpable al gobierno de maltrato a raíz del régimen de “internación” de opositores políticos en Irlanda del Norte en 1971. En 1988 se convirtió en la máxima autoridad judicial de Irlanda del Norte y en 1997 pasó a integrar la Cámara de los Lores como uno de sus 12 jueces-lores, que conforman el equivalente de la Corte Suprema en Gran Bretaña.
Fue como juez-lord que participó de dos de los casos más sonados de la última década: el proceso de extradición a España del general Augusto Pinochet y el caso del agente del servicio secreto interno británico, el MI5, David Shaylor. En el caso Pinochet fue uno de los siete jueces que en el polémico segundo fallo que dieron los lores sobre el tema determinaron que el ex dictador no tenía inmunidad como ex jefe de Estado para crímenes de lesa humanidad cometidos después de 1988, fecha en que Gran Bretaña incorporó como ley la convención contra la tortura firmada cuatro años antes. En el caso Shaylor, dictaminó que el ex agente no estaba actuando en el “interés público” al revelar secretos del MI5.