El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo ayer que esperaba que el cese del fuego en Gaza sea “duradero” y conduzca a un “proceso político” entre las partes. Ban llamó a israelíes y palestinos a asumir sus responsabilidades y estimó que “la mínima violación del cese del fuego sería totalmente irresponsable”.

“Un futuro más brillante para Gaza y para Israel depende de un cese del fuego sustentable”, consideró el funcionario en una declaración hecha pública por su portavoz, Stéphane Dujarric. El secretario general de la ONU espera que “la prolongación del cese del fuego sea el preludio de un proceso político, único medio para instaurar una paz durable”, agregó.

Ban también opinó que el fin de los combates no es suficiente, porque hace falta tratar las “causas estructurales” del conflicto y dijo que su organización está lista para apoyar los esfuerzos en este sentido. “Todo esfuerzo de paz que no aborde las causas profundas de la crisis sólo preparará el terreno a un nuevo ciclo de violencia”, opinó.

Gaza debe volver a estar bajo el control de “un gobierno palestino único y legítimo adherido a los compromisos de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), el bloqueo de Gaza debe terminar y las preocupaciones legítimas en materia de seguridad de Israel deben ser tomadas en cuenta”, agregó el secretario general. Para el largo plazo, Ban reafirmó la necesidad de una “solución de dos Estados” e instó a las partes a “reanudar negociaciones serias para llegar a un acuerdo sobre el estatuto definitivo (de los territorios palestinos) que trate todos los problemas de fondo y ponga fin a 47 años de ocupación”.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riak Malki, le envió una carta a Ban Ki-moon y simultáneamente a los cancilleres de Occidente pidiéndoles que procesen a los ciudadanos que sirven en el ejército israelí o que son voluntarios del ejército por supuestos crímenes en Gaza. En la carta le pide que difunda su petición en la Asamblea de la ONU. El documento, al que tuvo acceso El País , explica que actualmente son “miles” los extranjeros en las filas del ejército de Israel –unos 4600 según datos oficiales del gobierno, de los que un tercio aproximadamente serían norteamericanos– a los que se suman los integrantes en los programas no obligatorios, como el Mahal y el Sar El.