[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

“Después de cada ráfaga, intentábamos lanzarnos lo más lejos posible de los tiradores”, declaró al diario Le Figaro uno de los presentes en el Bataclan. “Fue un caos. Una canción estaba terminando cuando he oído petardos. El cantante ha levantado su guitarra, me he vuelto y he visto a un tipo disparando al aire. Todo el mundo se ha tumbado”.

Los testimonios del horror se sucedieron a lo largo de la noche. “Dos o tres individuos han entrado con armas automáticas del tipo Kalashnikov y han comenzado a disparar contra la multitud. Ha durado unos 10 o 15 minutos. Ha habido un ataque de pánico. Todo el mundo ha corrido hacia el escenario pisándose unos a otros”, escribió un periodista de la cadena Europe 1 en la página web de su medio. “Los asaltantes han tenido tiempo de recargar unas tres veces. No llevaban máscaras. Eran muy jóvenes. Pude ver una decena de cadáveres en el suelo entre charcos de sangre antes de escapar por una escalera de emergencia,” agregó. “Uno de los heridos era una chica con dos impactos de bala que he llevado 50 metros en brazos hasta entregársela a los bomberos.”

Antes de la irrupción policial en la que fueron abatidos los terroristas, algunos rehenes mandaron mensajes desesperados a las redes sociales pidiendo ayuda. “Hay supervivientes en el interior. Matan a todo el mundo. Uno por uno. En el primer piso. Rápido”, escribió Benjamin Cazenoves en su página de Facebook. el mismo Cazenoves anunció media hora más tarde que había sido liberado y que sólo había sufrido algunos cortes.

Cerca de la una de la mañana, cuando terminó el asalto policial, los espectadores que habían sobrevivido empezaron a salir del teatro con las manos sobre la cabeza, muchos de ellos llorando, mientras los heridos salían en camillas.Afuera esperaban las diecisiete ambulancias que habían sido despachadas al teatro. Los sobrevivientes eran interreogados por la policía, muchos de ellos con ropa empapada en sangre y rostros desencajados. Después de reponder las preguntas eran subido a ómnibus y se perdían en la noche de París, las calles vacías por el llamado del francés para que los ciudadanos permanezcvan en sus hogares durante el estado de emergencia decretado anoche.