Ante la crisis política que atraviesa el país, la presidenta, Rousseff, recibió el apoyo del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). El líder de la ONU dijo que Brasil preocupa a la comunidad internacional y abogó por una solución armónica. “Por ahora es problema doméstico, pero Brasil es un país muy importante y cualquier inestabilidad política nos preocupa”, señaló. “Pido a los líderes que adopten soluciones tranquilas. Sé que es un desafío lo que el país vive, pero creo que lo van a superar”, afirmó. Por su parte, Clacso opinó que Brasil, país que superó la dictadura militar y aprobó la Constitución Ciudadana de 1988, “no puede sufrir un atentado tan grave a su estado democrático de derecho”. El organismo de investigación social advirtió además sobre el papel de la oposición en el quiebre de la institucionalidad del país. “El riesgo de ruptura de la legalidad por una asociación entre políticos derrotados en las últimas elecciones, sectores del Poder Judicial y los grupos monopólicos que controlan la prensa nacional, no pueden comprometer el futuro de Brasil”, señaló Clacso en un comunicado.