Jueves, 31 de marzo de 2016 | Hoy
EL PAíS › DIRIGENTES DE LAS TRES CGT Y LAS DOS CTA SE REUNIERON CON DIPUTADOS OPOSITORES PARA ENFRENTAR LOS DESPIDOS
Moyano, Caló, Barrionuevo, Yasky y Micheli coincidieron con unos 50 diputados de todos los bloques opositores en la necesidad de modificar Ganancias, defender los derechos de los trabajadores y aumentar las jubilaciones.
Por Miguel Jorquera
Con la premisa de ponerles freno a los despidos salvajes que desató el Gobierno de Mauricio Macri desde el Estado y que trasladó al ámbito privado, todo el arco opositor de la Cámara de Diputados recibió a los máximos dirigentes de las cinco centrales sindicales: el camionero Hugo Moyano, el metalúrgico Antonio Caló y el gastronómico Luis Barrionuevo por las tres fracciones que buscan unificarse en una sola CGT, y el docente Hugo Yasky y el estatal Pablo Micheli por los dos sectores de la CTA. Unos 50 diputados de distintas bancadas –FpV-PJ, UNA-FR, BJ, FIT, Progresistas y monobloques– y otro medio centenar de sindicalistas coincidieron en la necesidad de unificar más de un centenar de proyectos para modificar el Impuesto a las Ganancias, dar un aumento de emergencia a los jubilados y defender el derecho a huelga y de protesta de los trabajadores frente a las amenazas represivas como el protocolo de seguridad. También cuestionaron el “salvaje aumento” de precios y tarifas y la política del Gobierno dirigida a “favorecer a los sectores concentrados de la economía”. Un sector impulsa la convocatoria a una sesión extraordinaria para tratar la “emergencia ocupacional” por un año, en cambio el líder renovador Sergio Massa busca “armar comisiones de trabajo” para sumar al oficialismo. Moyano criticó la ausencia oficialista.
A lo largo de tres horas, sindicalistas de todas las vertientes y centrales y diputados de todos los bloques opositores coincidieron en plantear la necesidad des ponerles freno a los despidos en los ámbitos público y privado, además de impulsar una agenda legislativa que defienda los intereses de los trabajadores frente a un gobierno que los margina de sus políticas económicas. Todos saludaron efusivamente el encuentro en el ámbito legislativo y no pocos –gremialistas incluidos– destacaron la confluencia de las cinco centrales sindicales y sus procesos de unidad, como muestra del delicado momento que atraviesan los trabajadores.
Los dirigentes de las CGT fueron los primeros en tomar la palabra. “Lo más importante es el tema de los despidos en todo el movimiento obrero”, dijo Moyano que sumó a la agenda el “aumento de emergencia a los jubilados” y al reforma del “impuesto al trabajo” que “a cien días de gobierno ha quedado totalmente desactualizado”. “Si no están presentes (los oficialistas) es porque a lo mejor no tienen interés de escuchar a los trabajadores”, disparó el camionero.
“Queremos que no haya despidos ni doble indemnización. Lo más importante son los puestos de trabajo. Si no se genera trabajo, no hay aportes para los jubilados y no hay Impuesto a las Ganancias”, sumó Caló. Barrionuevo hizo el discurso más político y llamó a “parar a ese empresariado voraz, al cual el Gobierno ha tenido como premisa darle ventajas sin mirar las consecuencias sobre los de abajo”. Luego, expuso su postura gradualista sobre las protestas y se mostró partidario de postergarlas.
Desde las dos CTA también le apuntaron al Gobierno por “la brutal ola de despidos en el Estado nacional y las provincias”, como definió Micheli, que también cargó contra el “ajuste y los tarifazos”. El dirigente de la CTA Autónoma destacó la “actitud madura” de todo todas las centrales sindicales y propuso “superar las diferencias secundarias” para lograr que “el Congreso sancione la emergencia laboral”. Yasky reseñó que venían de realizar una denuncia ante la OIT por los despidos en el Estado, advirtió que “hay provincias como las patagónicas que están al borde de un conflicto social de proporciones”, describió situaciones complicadas en Córdoba y Santa Fe y reclamó al Gobierno: “Hay que terminar con la criminalización de la política”. Otros sindicalistas aportaron datos y coincidieron con los reclamos.
Del lado de los diputados también abundaron los oradores. “La emergencia ocupacional no solo es un proyecto, sino que también debe tener el compromiso político del Gobierno”, planteó Facundo Moyano (UNA), autor de uno de los proyectos. Sobre Ganancias, sostuvo que “está ligado a la distribución de la riqueza y la política tributaria”, que “quita retenciones” a las empresas y “grava a los trabajadores”. “El tema central es que sin trabajo no hay nada”, agregó Oscar Romero, dirigente del Smata y uno de los que rompió con el FpV para sumarse al Bloque Justicialista. Héctor Tomas, del FpV, sostuvo que los despidos son “parte de la campaña del miedo” que impone el Gobierno a los trabajadores, y sumó a las iniciativas la suba del mínimo del Impuesto a los Bienes Personales y la baja del IVA a la canasta familiar. Abel Furlán, también del FpV y dirigente de la UOM de Zárate-Campana, reclamó el tratamiento urgente de la emergencia ocupacional y preguntó: “¿Cuántas leyes más hay que votarle al Gobierno para que incluya los proyectos de los trabajadores?”, en un claro reproche a los bloques “opositores” que acompañaron hasta ahora las iniciativas oficiales, como el pago a los fondos buitres.
El socialista Hermes Binner dijo que “los trabajadores no deben ser siempre los que paguen la crisis”. Victoria Donda, de Libres del Sur, se sumó a la convocatoria urgente de una sesión para “votar la suspensión de los despidos” y pidió a las centrales sindicales “sumar a los desocupados”. Néstor Pitrola, del FIT, dijo que “el ajuste a los trabajadores es la contracara” de las concesiones del Gobierno a los empresarios y reclamó la convocatoria a la sesión especial para frenar los despidos “porque esta vez vamos a tener quórum”. Myriam Bregman, también del FIT, llamó “a no dejarse imponer la agenda del Gobierno” y propuso una sesión especial “conjunta y urgente” porque “con los que estamos representados en esta mesa podemos alcanzar mayoría”.
El líder del FR, Sergio Massa, trató de capitalizar el encuentro que ayudó a concretar. Se sentó en la cabecera, abrió la reunión, sentó a su lado a Margarita Stolbizer, a quien designó para “ordenar” el debate y cerró el cónclave. En la apertura dijo que había que “equilibrar” la agenda del Gobierno con la de los trabajadores. En el cierre, se comprometió a “armar comisiones de trabajo con el oficialismo” para abordar el temario que llevaron las centrales sindicales. Massa, en el rol de “opositor responsable”, se mostró partidario de buscar un acuerdo con Cambiemos y convencer a los legisladores oficialistas de abrir los debates en las comisiones legislativas de la Cámara baja a las propuestas que van en contra de la política del presidente Mauricio Macri.
La última palabra la tuvo Moyano. Primero preguntó distraídamente cuándo se votaba el pago a los fondos buitre en el Senado, después de que no pocos mencionaran que cruzando el Salón de Pasos Perdidos los senadores se aprestaban a aprobarlo, y luego lanzó su advertencia al Gobierno: dijo que la ausencia del oficialismo en la reunión era una muestra de “falta de táctica política” y, aunque opinó que en el caso de los buitres “se optó por el mal menor”, sostuvo que con esa postura “les va a ser difícil contar con los votos del movimiento obrero”.
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