Lunes, 22 de agosto de 2016 | Hoy
Los tradicionales amish, ajenos al ruido mediático de las elecciones estadounidenses, son el objetivo de un nuevo grupo de apoyo a Donald Trump que pretende lo impensable: convencer a estas comunidades de marcada ortodoxia religiosa de vota a un multimillonario que ya va por su tercer matrimonio.
“Saben muy poco de Trump. Imagina que nunca hubieras leído un tuit de Trump, visto uno de sus mítines en YouTube o seguido sus debates de las primarias”, explica Ben Walters, cofundador del Amish PAC, el primer grupo de acción política (PAC) creado para movilizar a “la gente sencilla” (the plain people), como se conoce a las comunidades cristianas que mantienen un estilo de vida bastante primitivo y se concentran sobre todo en Pensilvania y Ohio, estados en disputa que podrían decidir las elecciones del 8 de noviembre.
De entre ellos, los amish son el grupo que más se resistió a la modernidad: son devotos protestantes anabaptistas que conservan la vida del siglo XVI, tienen prohibida la televisión y las computadoras, algunos no usan ni electricidad ni teléfono, se desplazan en carros tirados por caballos, viven en áreas rurales y sus pilares son familia y religión.
Conciliar estos valores con el candidato presidencial de la opulencia, la exageración, los exabruptos, los dos divorcios y una vida personal convertida en espectáculo no parece tarea fácil.
En los anuncios de campaña que el PAC ha colocado en periódicos y vallas publicitarias –los únicos medios para llegar al electorado amish– se presenta al candidato presidencial republicano como un “exitoso y familiar hombre de negocios”. “Nunca ha sido electo para un cargo público”, “Su negocio es realmente familiar”, “Tiene una fuerte ética del trabajo”, “Nominará a jueces que protejan la libertad religiosa y la libertad individual”, son algunas de las frases usadas para describirlo ante el votante amish.
También se hace hincapié en que no bebe alcohol, porque ha visto “lo que ocurre cuando las personas pierden el control”, ya que su hermano mayor murió joven como consecuencia del alcoholismo extremo.
“Trabajador, contrario al aborto, dedicado a su familia, justo como Tú”, anuncia uno de los paneles publicitarios que pueden verse desde hace unas semanas en las pintorescas carreteras rurales de los condados de Lancaster (Pensilvania) y Holmes (Ohio).
Con alrededor de 70.000 amish en cada uno, estos dos estados concentran la mayor población de esta comunidad en Norteamérica, donde hay un total de 308.030 repartidos entre 31 estados de EE.UU. y tres provincias de Canadá tras su emigración desde Europa en el siglo XVIII.
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